El fondo del No correísta

Remo Cornejo Luque

Los golpes recibidos no han aniquilado a los correístas, todavía. Ellos siguen vivos, vivísimos, armando el mismo correísmo con otro nombre, defendiéndose como cuatro gatos patas arriba y enfilando una agresiva campaña por el No en el referéndum y consulta popular.

Sus adláteres, unos obsecuentes y otros calculadores, han contribuido a esta cruzada, donde el rechazo popular ha sido notorio en cada ciudad por donde transitan los defensores de la “década ganada”.

Heridos de muerte van destilando veneno contra la “traición” y la consulta “mañosa”, van dizque advirtiendo del intento de establecer un “régimen antidemocrático morenista”. Escuchar esto último en boca del expresidente causa hilaridad, ya que no hemos olvidado su labor concentradora y el daño causado al país en su mandato.

Pero más allá de ello, lo primordial es deducir el fondo del NO correísta.

Pregonan el No para que los corruptos sigan impunes, actuando en política y usufructuando desde las diversas funciones públicas; para que puedan reelegirse indefinidamente, utilizando el poder del dinero y la corrupción.

Con el No se busca seguir controlando varias funciones del Estado, a través de las designaciones que hiciera el ‘Quinto Poder’; favorece a los violadores de niños, niñas y adolescentes con el halo de la impunidad; que las concesiones mineras continúen, afectando a los pueblos, zonas y áreas protegidas e intangibles; es dar pábulo para que la explotación petrolera permanezca en nuevos sitios del Yasuní.

A este verdadero y mezquino interés, se levanta su antítesis, el Sí propositivo y popular, de esperanza y cambio que busca cerrar una década de ignominia, corrupción y autoritarismo de Correa y Alianza País. Con el triunfo del Sí se abre una nueva época para el Ecuador donde el pueblo debe ser protagonista. ¡Así de simple! (O)

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