Regalo de la vida

Pablo A. Carrillo Coronel

Se dice que los amigos son la familia que uno elige, pero yo no he elegido a ninguno de ellos. Ha sido la vida la que los ha ido seleccionando para mí y ha hecho que nuestros caminos se crucen. Recuerdo a algunos que se quedaron por poco tiempo, otros que se fueron y regresaron, pero hay un grupo que ha permanecido. Este grupo es muy diverso, pues se puede encontrar en él a rockeros, reggaetoneros, abogados, ingenieros, doctores, tatuados, ateos, religiosos, etc., pero a pesar de todo esto, hay algo que nos une.

Me he preguntado varias veces qué es eso que nos une y no había hallado respuesta hasta hace unas semanas en una reunión que tuve con mi grupo cercano de amigos con motivo de la despedida de soltero de uno de ellos. En un momento de la noche, ya entre algunas copas, pude ver detenidamente en los ojos de todos ellos y lo que encontré fue una parte de mí que habita en ellos, pude ver al ser humano escondido en ellos, pude ver los sentimientos más puros, la bondad que llevan dentro, la pureza de sus corazones y en ese momento sentí una felicidad que se desbordaba desde mi interior y comprendí que lo que nos une es esa libertad que tiene cada uno de ser quien es en realidad sin ningún tipo de temor ni prejuicio.

La vida me ha regalado muchas cosas por las cuales estoy muy agradecido, pero lo estoy de forma muy especial por las personas que ha puesto a mi alrededor, esas personas a las que puedo llamar mi segunda familia, con las cuales puedo compartir mi vida, sabiendo que ellos estarán ahí a mi lado para recordarme que no estoy solo, que no soy el único que lucha, que sufre, que siempre podré contar con ellos para sentirme libre, para sentirme en casa, para sentirme siempre en familia.

Quiero terminar pidiéndole a la vida que haga que esta familia siga creciendo más con el pasar de los años. (O)