OTAVALO, IMBABURA
Erika C. y su pequeña hija, Gisela, fueron encontradas sin vida en medio de la maleza en el sector de Gualacata, perteneciente a la parroquia de González Suárez, en Otavalo.
Sus cuerpos fueron identificados por sus familiares a través de las redes sociales, pues sus fotos fueron expuestas en Facebook y WhatsApp con el fin de que alguien pueda reconocerlas.
Las occisas son oriundas de la comunidad de Santa Mónica, de la parroquia de Tupigachi del cantón Pedro Moncayo, en Pichincha.
El principal sospechoso de este hecho sería la expareja sentimental de la mujer y padre de la menor de edad.
Ayer, luego de encontrar el cuerpo el jueves por la noche, se realizó la autopsia de los cadáveres. Según se desprende del informe médico, la causa de muerte de la madre fue por estrangulamiento.
Además, presentaba golpes en la cabeza, tres cortes tanto en el brazo derecho como en la cadera, de entre 2 y 4 centímetros.
Por otra parte, se pudo conocer también que la menor de edad no presentaba signos de violencia y que murió por ahogamiento por agua. Se presume que falleció en el charco donde fueron encontrados los cuerpos, pues se encontró además residuos de hierba en la tráquea, producto del asfixia.
También se confirmó que los cortes que presentaba la madre fueron superficiales, sin ser parte de la causa de muerte, que se determinó específicamente por estrangulamiento con ruptura del hueso hioides. (MAGC)
EL DATO
La occisa, quien tenía 22 años, vivía con su madre y su pequeña hija. Estudiaba hasta que quedó embarazada y desde entonces se dedicó a cuidar de su bebé.
EL DATO
Ocurrió en la parroquia de González Suárez. La mujer habría salido por pañales y no volvió.