Rolando Quezada Puchaicela quiere que su legado perdure

MAESTRO. Rolando Quezada Puchaicela se siente orgulloso que sus alumnos hoy tengan sus propios talleres.
MAESTRO. Rolando Quezada Puchaicela se siente orgulloso que sus alumnos hoy tengan sus propios talleres.
ARTESANO. El personaje trabaja de lunes a sábado en su taller ubicado en la calle Sucre entre Azuay y Mercadillo.
ARTESANO. El personaje trabaja de lunes a sábado en su taller ubicado en la calle Sucre entre Azuay y Mercadillo.

Nació un 24 de mayo de 1955 en Loja, es el segundo de nueve hermanos y uno de los pocos de ellos que aprendió el oficio que ejerció su padre. Y lo que anhela es que sus conocimientos en la rama de la sastrería y modistería perduren en el tiempo. Es por ello que no tiene ningún inconveniente en enseñar su profesión a quienes estén interesados en aprenderla.

Se trata de Rolando Quezada Puchaicela, quien es uno de los maestros de la sastrería y modistería con una amplia trayectoria en Loja. A más de ganarse la vida elaborando prendas de vestir para damas y caballeros, también ha formado a nuevos profesionales de la sastrería y modistería. Es que el personaje nunca se ha mostrado egoísta a la hora de compartir sus conocimientos. Es más, se siente orgulloso de que sus alumnos hayan emprendido en sus propios negocios para ofrecer un servicio, que a decir de él, nunca desaparecerá.

Este artesano aprendió desde muy temprana edad el oficio de su padre. Recuerda que lo primero que hacía era planchar las prendas que elaborada su progenitor. En ese tiempo se usaba la plancha de carbón, y el método para prender dicha herramienta no era sencillo. “Había que prender con hilachas el carbón”, evoca.

De ahí poco a poco fue aprendiendo el oficio. A más de sastre, que es quien elabora prendas para hombres, también es modisto. Éste último se encarga de elaborar ropa para mujeres. Asimismo, en su taller arregla todo tipo de prenda de vestir.

Recuerda que hubo un tiempo en el que no tenía trabajo como sastre o modisto, y por ello se dedicó a fabricar forros para muebles. “Tenía que buscarme la manera cómo salir”, dice.

Cuenta que también fue instructor de Corte y Confección en el Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (Secap).

En lo personal, el personaje es padre de tres mujeres. A una de ellas actualmente le está enseñando a elaborar faldas.

Rolando Quezada Puchaicela, durante 40 años, tuvo sus talleres en diferentes casas ubicadas en la calle Azuay. Actualmente, su establecimiento, denominado ‘Confecciones Juvenil 2’, está ubicado en la calle Sucre entre Azuay y Mercadillo. Ahí trabaja de lunes a viernes de 07:30 a 19:00, mientras que los sábados trabaja hasta las 18:00.