¿Por qué no el Ecuador?

César Eduardo Briceño Toledo

Corea del Sur, después de 65 años, alcanzó su desarrollo anhelado. Es una república democrática presidencialista. Península asiática de relieve accidentado, con el 80% montañoso y solo el 20% apto para el cultivo; con una extensión casi una tercera parte del Ecuador.

Más del 80% del país quedó destruido, después de la guerra de los dos coreas que duró tres años, con el saldo de 2 millones de muertos. Fue uno de los países más pobres del mundo que pasó de economía agraria a una tecnológica, moderna e innovadora.

Su éxito radica en la fuerte inversión en educación, y apoyo al sector privado que pudo transformar una industria incipiente en un imperio. En 1953 el ingreso per cápita era de 63 dólares, hoy es 30 mil dólares. Fue importante la ayuda internacional y los dineros de familiares recibidos desde el exterior.

Nuestra nación subdesarrollada va camino a los dos siglos de independencia política; con recursos naturales incalculables y la economía dolarizada desde hace 18 años. Las remesas de los migrantes y el apoyo internacional fueron despilfarradas. Actualmente registra una disminución del desempleo a 4,1% y un aumento de la pobreza a 24,5%; la pobreza extrema aumentó el 9%; el subempleo 19,4%, según el INEC.

El país ha sido presa de los caudillos desde el centroderecha y centroizquierda, que saquearon la nación inmisericordemente. Las ideologías fueron trajes de moda de los gobernantes populistas de turno que se enriquecieron con sus grupúsculos de seguidores; como ocurrió con la depravación correísta de la década pasada. Se estigmatizó a la empresa privada. La política externa fue irracional con las naciones que compraban nuestra materia prima. Hemos hecho todo lo contrario del país asiático hasta ser irrespetuosos con la tradición y herencia generacional. (O)