El problema del desempleo y subempleo

Jaime A. Guzmán R.

Hay dos ponencias que se contraponen y que colisionan fuertemente en torno al problema del desempleo y subempleo en nuestro país.

Por un lado, las opiniones de que en los centros rurales no existen fuentes de trabajo y que la alternativa para combatir esta complicación es emigrar del campo a las ciudades en busca de trabajo u optar por irse al extranjero.

Y, por otro lado, la tesis de los que sostienen que los ecuatorianos debemos quedarnos en nuestras tierras trabajándolas y haciéndolas producir a pesar de las adversidades que hoy soportamos.

Es difícil, muy difícil saber quién tiene la razón, pero hay que buscar soluciones efectivas para acabar con esta situación “sombría”- o mejor- realidad desastrosa que poco a poco nos está conduciendo a un severo proceso de destrucción del núcleo familiar de los ecuatorianos, que requiere una solución urgente.

Hay muchas cosas que hacer para superar esta calamidad social, pero lo primero de lo primero, con la energía que la circunstancias requiere, solamente como un ejemplo – pienso yo- que las medidas a formalizar, entre otras, son las de globalizar la solidaridad y sobre todo coadyuvar a la implementación de una legislación moderna en materia laboral, en la seguridad social, en lo fiscal o tributario y el crédito financiero.

¡Cuántas, cuantísimas diferencias de criterio existirán sobre este tema!; pero nuestro afán, con fe e ilusión, es contribuir a limitar los efectos, evitar sus consecuencias y lograr erradicar este mal que, por qué no decirlo, en Ecuador y el mundo, es un sueño, ¿No lo cree así amable lector?

No será fácil, pero no imposible si todos los sectores políticos y sociales se unen. (O)