Reflexionando sobre cultura

Karla Ortega

Cada vez que escucho la expresión “esa persona es inculta” se me viene un cúmulo de pensamientos y preguntas. Se ha vuelto inevitable preguntarme si la persona que lo dice, ¿tiene idea de lo que es en realidad “cultura”? y creo que no, pues esta frase simplemente se la usa para una crítica sobre un comportamiento que no se considera adecuado, o como se diría comúnmente, para un “mal educado” que no entiende “algo”, sin tomar en cuenta que existe algo más profundo en esta palabra.

Para el filósofo Roger Scruton: “el concepto de cultura emergió ya totalmente armado de la cabeza de Johann Gottfried Herder a mediados del siglo XVIII y desde entonces no ha cesado de causar embrollos y batallas. Kultur, para Herder, es el alma de un pueblo, el flujo de energía moral que da cohesión perfecta a una sociedad”. Y este concepto, según Scruton, tomó tres direcciones: una visión romántica alemana para quienes ningún miembro de la sociedad, está desprovisto de cultura puesto que cultura y la pertenencia a la sociedad remiten la misma idea. Una segunda dirección: los clásicos, para quienes, no significaba crecimiento natural sino cultivo y no todos la poseen, lo que Scruton llama la “alta cultura” que hace referencia a la excelencia y el conocimiento ampliado en alguna rama. Y una tercera dirección: la cultura común, que nace de las batallas entre las dos anteriores y que él llama cultura popular que actualmente es objeto de estudio de la sociología; y explica que la forma de tener acceso a la visión ética del hombre es la cultura común que da la relación de pertenencia a la sociedad a un individuo: “Protege el capital social; también libera y alivia las emociones sociales”

Concluyendo, las concepciones de cultura nacen de una misma raíz, del concepto de Herder y toman diferentes direcciones que al seguir analizando, no son más que dos extremos de un mismo todo; y la cultura común y la alta cultura provienen de la misma necesidad psíquica, de pertenencia a una comunidad.

Quizá nuestro comentarios sobre la cultura o incultura, son solo un muestra de que aún no hemos considerado la amplitud de esta palabra y cómo su compresión nos puede ayudar para que en un país pequeño, pero tan diverso como el nuestro, y en donde conviven tres regiones, se pueda mejorar la aceptación del “otro” volviéndonos más tolerantes al considerar la existencia de una mutua influencia entre todos que nos lleve a vivir en mejor armonía. (O)