La Vicepresidencia…

Giovanni Carrión Cevallos

El país vive momentos ciertamente difíciles que generan lógicas tensiones sociales y políticas lo que deriva en un clima de inestabilidad lo cual condiciona la evolución de la economía doméstica, por ahora ralentizada y con proyecciones de crecimiento de apenas 1,1% del PIB para el año 2018 y de 0,7% para el 2019, según el FMI.

Y es en ese complejo escenario que se suma un elemento de conflictividad, relacionado con los cambios en la Vicepresidencia de la República, en un número de tres, en menos de dos años de gestión del Presidente Lenín Moreno Garcés.

De ahí que el desafío que asume el actual Vicepresidente, Otto Sonnenholzner, quien ha pedido que lo llamen mejor por su nombre, es enorme. De conformidad con el Art. 149 de la Constitución, cuando no reemplace al Primer Mandatario, debe ejercer las funciones que éste le asigne.

En virtud de su perfil profesional debería aportar, en coordinación con las respectivas Secretarías de Estado, en áreas como la economía y el comercio internacional, en el propósito de crear puentes con el inversor privado y extranjero, abriendo -en definitiva- al país hacia el mundo, lo cual rompería de una vez con el viejo esquema del socialismo del siglo XXI de crear clubes ideológicos para seguir rumiando ideas de un socialismo desvencijado por los cuatro costados.

El sencillo y claro mensaje pronunciado por Otto Sonnenholzner al momento de su posesión habla de un mandatario defensor de las libertades y, por lo mismo, equilibrado, práctico y sensato, lo que abriga esperanzas de una gestión positiva desde una función que lamentablemente ha estado en el ojo de la tormenta política y judicial.

Ecuador necesita de autoridades y ciudadanos que comulguen de objetivos nacionales comunes que permitan caminar a todos en una misma dirección. (O)

@giovannicarrion