300 municiones más caen en un operativo en Quito

CAPTURA. Los sospechosos no pusieron resistencia al operativo pese a que uno de ellos estaba armado.
CAPTURA. Los sospechosos no pusieron resistencia al operativo pese a que uno de ellos estaba armado.

QUITO

En menos de ocho días la Policía incautó el segundo cargamento de municiones de grueso calibre. Esta vez, las unidades de inteligencia de la Policía Judicial (PJ) y el personal de Servicio Urbano del Distrito Quitumbe ejecutaron otro operativo en la avenida Simón Bolívar y Aurelio Guerrero, en el sur de la capital.

Dos personas fueron detenidas por su presunta vinculación a una red de tráfico y comercialización de armas y municiones. La intervención se ejecutó la tarde del último lunes.

La Policía efectuaba operaciones para reducir niveles delincuenciales en la zona. Siguieron la pista de una furgoneta, el conductor fue obligado a orillarse a la derecha para hacer un minucioso registro. Los agentes tenían que desvirtuar o confirmar la hipótesis que manejaban por una información reservada.

Los sospechosos fueron apartados. Un equipo de agentes buscó hasta el último rincón, no fue tarea complicada hallar los casi 300 proyectiles. Eran de un prominente tamaño y según expertos aptos para derribar incluso un helicóptero a larga distancia.

Lo que también llamó la atención de los uniformados fue que los implicados llevaban consigo un artefacto explosivo. Al parecer, se trataría de una granada tipo limón también de uso militar.

Criminalística fijó los proyectiles para elaborar un informe. Aún se desconoce la procedencia de este armamento.

Relación delictiva

Las autoridades investigan si lo incautado en este operativo tiene relación, con lo que la PJ encontró hace ocho días en las cajuelas de dos vehículos que circulaban por la calle Diego de Almagro, en el norte de Quito.

El miércoles de la semana pasada, también personal de Inteligencia de esa dependencia halló 503.060 municiones también para fusil. Las primeras investigaciones revelaron que estos proyectiles provenían de Perú y que serían destinadas a grupos irregulares que operan en la frontera norte.

Eso no fue lo único con lo que se toparon los uniformados. Durante el registro también encontraron un revólver y seis fundas medianas de cocaína. El tamaño de los paquetes desestimaba toda opción de que sea para consumo personal. (FLC)