En el calvario

Giovanni Carrión Cevallos

La proyección de crecimiento de la economía del país para el año 2019 es poco alentadora. Los ecuatorianos hemos empezado a caminar por un verdadero calvario, soportando en nuestras espaldas una pesada cruz que simboliza toda una época llena de excesos, megalomanía y corrupción sin parangón que inició en 2007 con la farsa social llamada ‘revolución ciudadana’.

Ahora, el pueblo debe pagar una onerosa factura que se traduce en dolorosos ajustes. Esto se refleja en un estancamiento de la economía doméstica, con proyecciones pobres de crecimiento para el 2020 (entre el 0,2% al 0,4% del PIB), es decir, con números incluso muy inferiores a la tasa de crecimiento poblacional. Así, el Banco Mundial para el presente año estima una variación del Producto Interno Bruto de apenas el 0,1%; la CEPAL de 0,4% y el FMI de -0,5%. En todos los casos, el otrora llamado “jaguar latinoamericano”, imagen creada por ese enfermizo estado de propaganda en el que nos sumergió el socialismo del siglo XXI, será uno de los de menor (y peor) desempeño en la subregión, detrás de Venezuela cuyo PIB se contraerá en 25% y el de Argentina en un 1,3%.

Y como no puede ser de otra manera la caída de la economía, y más aún en un entorno de dolarización, este problema se potencia y refleja en el acelerado deterioro del mercado laboral. El INEC determina que el empleo adecuado en el último año (con corte a marzo de 2019), se deterioró en 3,2% al pasar de 41,1% a 37,9%. Esto quiere decir que solamente 4 de cada 10 personas gana al menos el salario básico y trabaja el mínimo de 40 horas semanales. El resto 6 de cada 10 personas están en el trabajo inadecuado y desempleo.

Las consecuencias de la farra socialista comienzan a acentuarse cada vez más. La resaca genera un fuerte dolor de cabeza y no hay analgésico que lo alivie. (O)