El viejo chisme

Adolfo Coronel Illescas

Según los ‘rumorólogos’ o personas dedicadas al chisme y al rumor, el chisme es más antiguo que el viejo Satanás. Una curiosa explicación: Satanás decidió vender una gran parte de su cantidad de tentaciones. Colocó un anuncio en el periódico. Había artículos increíbles para la venta. Sin embargo, un visitante notó un letrero colgado a la entrada de su negocio que decía, “Bienvenidos, pero sin chismes”. Curioso le preguntó la razón de ese anuncio. Satanás dijo riendo: “si no hago eso no vendería mi principal tentación, celulares que solo registran chismes y mentiras”.

A pesar de su antigüedad, los psicólogos sociales estiman que el chisme y los rumores están en plena actualidad. Un virus letal que hoy llega con más rapidez a “contagiar” a través de las redes sociales. “Internet es ya como un auténtico cerebro donde los datos campan como neuronas interconectadas para nutrirnos con una información que no siempre es verdadera, ni es respetuosa con los demás”. ¿Será por eso que el papa Francisco pide evitar ceder a la tentación del chisme que llega fácilmente al ambiente donde estamos?

Y no es que me guste el chisme. No señor. Lo que les cuento tómelo como una simple información. En los actos de posesión de las nuevas autoridades seccionales hubo unos bellos detalles, por ejemplo, la denuncia de que la entrada a un “hotel del camino” habría sido asfaltada con material institucional y que esa “rebusca” será investigada. Entre la lluvia de suspicacias, los afectados que entran y salen de esos lugares de descanso con los ojos en la espalda por obvias razones, razonan que está bien se preocupen por una mejor presentación de estos negocios. Había muchos baches -dicen- y a los clientes de horario laboral o nocturno se les ponchaba las llantas de su vehículo o de la institución y ahí la pareja se jodía. Y por último que alce la mano quien al menos no ha pasado por un “motel”, no dije que haya entrado.

Pero bueno, volviendo al tema vale recordar que los “chismes” son para la “chusma” y la información para los oídos sabios. El chisme muere cuando llega al oído de la persona inteligente. Seamos siempre ese oído inteligente. Sin olvidar lo que Jesucristo dijo: “El mal no es lo que entra en la boca del hombre, sino lo que sale de ella”. (O)