Ley de desarrollo fronterizo

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

Los llamados desesperados del exmandatario a “defender lo logrado”, han sido receptados únicamente por sus asambleístas, quienes han osado en cuestionar los límites de lo que el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio (Cpccs-T) va realizando y se han atrevido a consultarlo ante la Corte Constitucional “de bolsillo”, que durante una década obedeció lo que se les ordenaba desde las sabatinas. Es evidente que estos pedidos desconocen que fue el pueblo el que le otorgó en la consulta popular última, el poder omnímodo para reestructurar la trama burocrática en que se asentó la impunidad de los numerosos actos de corrupción y que las decisiones del Soberano son de inmediato cumplimiento, por encima de cualquier norma.

Con la caída de algunos de sus ‘generales’, el momento en que a la cúpula de AP le llegue la verdadera justicia, podría darse. Y ese momento será inédito en nuestra historia. El trabajo histórico de lo que va siendo actuado por el organismo liderado por Julio César Trujillo, tiene que seguir siendo apoyado por el país entero y la venia del presidente Lenín Moreno, aunque la delincuencia organizada, disfrazada de proyecto político, sea completamente rectificada, creando el precedente de que un discurso engatusador podrá engañar al pueblo por un tiempo, pero no podrá hacerlo indefinidamente.

Por otro lado, la aprobación de la Ley de Desarrollo Fronterizo, irresponsablemente archivada por orden del inefable, le brinda al Primer Mandatario de la Nación, la herramienta necesaria para iniciar un agresivo plan de inversiones en Esmeraldas, empezando por dotarla de servicios básicos, obras que los disque gobiernos seccionales descentralizados y autónomos no han sido capaces de hacerlo y trazar un plan de desarrollo económico y social basado en las propuestas que le presentó el Consejo Productivo y Tributario en su oportunidad y que hoy con más fuerza requieren de su urgente implementación.

Va quedando claro, con la demostración matemática de que el reemplazo de las plantaciones de palma aceitera afectada por la letal enfermedad de la PC por materiales tolerantes, no es rentable para los pequeños y medianos productores y que el desarrollo económico y social de esa zona no se agota con dicho monocultivo. Dios guíe a nuestras autoridades a ver con mejor visión el futuro de esta hermosa, pero abandonada zona.

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