Yunda: defensa y aliados

Sara Serrano Albuja

La historia luminosa de Quito no tiene por qué detenerse en el oscuro reduccionismo con el que el articulista Juan José Illingworth culpa a Quito y victimiza a su ciudad para precautelar todo flujo económico direccionado a su molino. Ha ofendido a nuestra ciudad señalando que la idiosincrasia de Quito es pedigüeña y extractora. ¿Cuántos impuestos paga Quito y se quedan realmente en Quito? ¿Cuánto ha recibido la ciudad de Guayaquil que él dice que es castigada?

El Alcalde Jorge Yunda, en contestación a ese artículo, ha aclarado que Quito es la ciudad más generosa del país y argumentó que en 2018, la capital aportó con el 53% de toda la recaudación fiscal. Los quiteños dignos no queremos obras plagadas de corrupción ni en Quito ni en ninguna parte de la patria. La ciudadanía vigilante del Centro Histórico hizo este jueves un plantón por la inconsulta peatonización de la calle Benalcázar y las afectaciones del Metro. Quito está vigilante.

El Alcalde Yunda ha marcado un buen inicio en defensa de la ciudad, pero debe aliarse con sus verdaderos defensores. Quito deberá levantarse de sus malos gobiernos locales que no tomaron en cuenta las agendas ciudadanas. El alcalde Yunda, en el Ichimbía pidió sabiduría y poder gobernar con equilibrio y armonía. A Quito la calificó como ciudad milenaria, Luz de América y la de gestas libertarias. Sr. Alcalde: haga de la ciudadanía quiteña propositiva y deliberante su aliada, convoque ahora a la defensa del patrimonio natural, histórico y cultural de Quito.

La sabiduría y el respeto a la naturaleza, así como la visión de los pueblos originarios que usted mencionó están en relación directa con esa respetuosa unidad. “Capital de las nubes. Quito nuestro, /que vislumbras el mar desde la sierra. /En la hondura del tiempo está tu ancestro/ como el oro en la entraña de la tierra.” “Voces del tiempo y de la propia historia/ te han asignado inamovibles juicios./ Y en la radiante flama de tu gloria arde la sangre de tus sacrificios”. “Quito, esencia y presencia de la patria”, lo poetizó así Hugo Alemán.

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