Un sitio en la historia

Mariana Velasco

Cinco años de ausencia, silencio e injusticia. Un paro cardíaco puso fin a más de medio siglo de diplomacia de Diego Cordovez Zegers, quiteño nacido en 1935, de gran reputación, influencia y credibilidad a nivel nacional y mundial. El internacionalista más importante del Ecuador.

Su vocación por la paz, el desarrollo, la integración de las naciones y un sentido del humor, fueron sus cualidades. Colaboró con U Thant, secretario general de la ONU, y con quienes le siguieron en esa función. En los últimos años fue “diplomático residente” en la Universidad de Columbia y miembro del Instituto para la Solución de Conflictos de la Universidad de California.

Recibió innumerables condecoraciones, canciller en el gobierno de Rodrigo Borja (1988-1992) y candidato a la Vicepresidencia con Jaime Nebot, son parte de su trayectoria profesional. ‘Nuestra propuesta inconclusa. Ecuador-Perú: del inmovilismo al acuerdo de Brasilia’, es un revelador testimonio de su gestión en la Cancillería en el acercamiento de ambos países y las negociaciones a nivel presidencial para alcanzar un arreglo al conflicto territorial.

A la Cancillería corresponde enmendar errores de la década pasada y hacer justicia al quien fuera embajador en la ONU, Secretario General Adjunto de la ONU, candidato al Premio Nobel de la Paz y Premio Martin Luther King. Medió en la salida de las tropas soviéticas de Afganistán, fue enviado especial en Chipre entre 1997 y 1998 y encabezó una misión a Venezuela, previa al referendo revocatorio del mandato de Hugo Chávez.

Le tomó siete años juntar los episodios vividos en su carrera. Dijo en su libro ‘El Mundo que he vivido’: “Quiero mostrar e inspirar a los jóvenes a ser diplomáticos y mostrar cómo es que, ante todo, es una relación humana que va más allá de la mesa de negociaciones”.

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