La noción de lo natural

Patricio Valdivieso Espinosa

Puede sonar anticuado, pero poco a poco van logrando destruir la familia; el plan macabro, les está dando resultado; sin darnos cuenta, vamos perdiendo la noción de lo natural. Lo alcanzaron con tanta facilidad, que a ese ritmo en corto tiempo, no será necesario procrear hijos, las familias se completarán con niños probeta, artificiales o clonados. El jugar a ser dioses será tan normal, que nuestra raza no requerirá de una relación de pareja para que la especie humana se prolongue y trascienda en el tiempo. Qué nos pasó, permitimos que destruyan nuestra sociedad.

No queremos reaccionar, van creando las condiciones para destruir la humanidad mediante deterioros progresivos, hasta llegar a una escala incontrolable; la degradación del Ser Humano es el objetivo central, la idea es degenerar el entorno social, pero casi nadie toma acciones a tiempo. Nos entretienen fácilmente, más nos preocupamos en alcanzar riquezas y bienestar económico, que formar a los hijos, y la podredumbre se los está llevando, nos los están arrebatando. Que nos queda por hacer: ¿reaccionar cuando sea tarde? No haga nada, sólo inténtelo cuando sus hijos sean afectados y ya no podrá hacer nada. Indigna el silencio cómplice.

No se trata de homofobias, ni hacerse los santulones, menos los moralistas, pero ¿qué clase de sociedad estamos formando? Liberaron el consumo de drogas, ampliando el mercado, sus ganancias, y lo permitimos como si fuera natural; legalizaron que los adolescentes pueden decidir sobre su vida, salud sexual y reproductiva sin importar lo que digan sus padres, y lo admitimos diciendo que son otros tiempos; y, ahora, mediante sentencia, aprueban el matrimonio entre gente del mismo sexo, siendo contra natura, lo alcahueteamos diciendo que tienen los mismos derechos. Que nos espera: legalizar la pedofilia, permitir el incesto, aplaudir la zoofilia, aprobar la adopción en favor de parejas del mismo sexo.

¿Somos conscientes que estamos vendiendo en el futuro a nuestros hijos? Claro que nos preocupa el cinismo con el que se toma este tipo de decisiones, pero más debe dolernos el silencio con el que aportamos a que sigan destruyendo a nuestra gente. Los destructores son menos, pero tienen un plan trazado y lo siguen a pie juntillas; los afectados somos más, una sociedad que terminará podrida, porque no hacemos nada, porque nos dividieron, porque ahora no me afecta. (O)

[email protected]