¿Qué me depara el horóscopo?

Carlos E. Correa J.

¿Será verdad que los astros o las estrellas influyen en las personas? ¿Y en qué medida y de qué manera pueden influir? ¿Podemos escaparnos de su influencia? ¿Cómo pueden afectarnos en nuestros destinos las estrellas que están muy lejanas y que nos parecen que tienen la forma de un escorpión, o de un león, o de dos gemelos, si sabemos que algunas de ellas, aunque las estemos viendo, ya no existen, mientras que otras ya existen pero todavía no las vemos porque no nos llega su luz? ¿Nos afectará de la misma manera que cuando vemos las nubes y nos parecen corderos o presas de gallina, comunicándonos sus atributos de cordero o de gallina?.

La seguridad que buscan los seres humanos los ha conducido a buscar señales de certidumbre. Y algunos las encuentran en los astros y las estrellas. Se arma, entonces, una especie de religión, con todos los rituales y las explicaciones posibles, aunque esas explicaciones interpreten de cualquier manera los hechos. Veamos un ejemplo.

Antiguamente el calendario estaba dividido en diez meses: enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, septiembre (de séptimo), octubre (de octavo), noviembre (de noveno) y diciembre (de diez o décimo). Algunos meses tenían hasta treinta y siete días. Pero Julio César sacó unos días de diferentes meses e inventó otro mes con su nombre: julio, que se colocó en séptimo lugar. Después César Augusto, para no quedarse atrás, sacó otros días de los meses e inventó su mes en su honor: agosto, con lo que el año llegó a tener doce meses. ¿Cuántos signos habrá tenido el horóscopo cuando el año tenía solo 10 meses y, después, cuándo tuvo once? Y, si ahora se inventase otro mes, ¿se añadiría otro signo al horóscopo? ¿Cuál?.

Espero que al leer el horóscopo vea que no me augura ninguna desgracia por haber dicho semejantes herejías. (O)

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