Lluvia, viento, neblina y sol acompañó la romería de la Virgen del Cisne

Actividad. Con distintas vestimentas los caminantes trataron de darle contra al clima.
Actividad. Con distintas vestimentas los caminantes trataron de darle contra al clima.

En el último tramo (Catamayo-Loja) de la peregrinación de la Virgen del Cisne, que es de 38 kilómetros, se pudo observar que a pesar de la inclemencia del clima los devotos cumplieron la caminata con la misma devoción.

En la salida de la ciudad de Catamayo se evidenció un poco de sol, pero a medida que iba avanzando la lluvia empezó a hacerse presente y prácticamente desde la Urna del Villonaco se acompañó con un fuerte viento.

En la Y de la vía que conecta a Taquil, en cambio, se evidenció la neblina y los vientos huracanados que hicieron que los caminantes luchen para dar los pasos a la medida de sus posibilidades.

Algunos de los devotos que caminaron reiteraban “la Virgencita está enojada, no ha llovido como ahora”. Uno de ellos contó que todos los años cumple la romería en este tramo, pero no recordaba que haya llovido así.

Ciertos detalles

En la caminata también se aprovecha para realizar actividades, unas normales y otras que no dejan de generar admiración, por ejemplo, una persona llevó a su hijo en un andador y ella marcaba a su mascota y aprovechó el tiempo para irla cepillando.

En cambio, unos voluntarios del Cuerpo de Bomberos, mientras caminaban hicieron que un joven haga flexiones de pecho, por mencionar alguna palabra prohibida.

Un joven llevó en sus hombros una urna pequeña con la imagen de la Virgen del Cisne; mientras que algunas personas obsequiaron aguas, refrescos, alimentos, naranjas a quienes cumplían la travesía.

También hubo quienes caminaron descalzos, personas en muletas que cumplían la ruta, grupos que solicitaban ayuda económica para realizar una iglesia o para pagar las medicinas y más.

EL DATO

Algunos devotos mencionaban que la Reina del Cisne estaba ‘enojada’.