Liderazgo, democracia y desarrollo

Giovanni Carrión Cevallos

La política se ha convertido, lamentablemente, en una palabra que produce recelo (por no decir asco) y, por lo mismo, la gente -en su gran mayoría- prefiere tomar prudente distancia de ella. Hay una fuerte asociación de ese término con lo que representa la corrupción, intriga, traición, componenda, etc., en ese afán irracional de acceder, a como dé lugar, al poder y no precisamente con el cívico y desprendido propósito de servir al pueblo sino más bien para obtener beneficios o canonjías ya sea en el orden personal o de grupo.

Sin duda, hablamos del desprestigio de una actividad que implica un espacio vital (en el que todos deberíamos prestar atención) ya que es donde se toman decisiones que afectarán de una u otra manera la calidad de vida de los integrantes de una comunidad ya sea que prevalezca el interés general o el particular.

De ahí la importancia, entonces, de aproximar la política a la gente en el afán de promover liderazgos que sean capaces de conducir los procesos de cambio y transformación de la sociedad en función del bien común.

Para ello se requiere de hombres y mujeres debidamente formados, capaces de enfrentar los desafíos que plantea un mundo cambiante y complejo. Por eso resultó gratificante conocer la inauguración, en nuestra ciudad, de la Escuela Regional de ‘Liderazgo, Democracia y Desarrollo Social’, promovida por la Fundación CAJE y con el aval de instituciones vinculadas con la academia, cultura y procesos electorales.

En esto destaca la presencia de alumnos, en su amplia mayoría entusiastas jóvenes de las provincias de Loja, El Oro y Zamora Chinchipe, quienes se convertirán en los futuros constructores del nuevo Ecuador.

Un reconocimiento especial a José Luis Ojeda, director de la Fundación CAJE, por su visión y trabajo con horizonte social. (O)

[email protected]

Giovanni Carrión Cevallos

La política se ha convertido, lamentablemente, en una palabra que produce recelo (por no decir asco) y, por lo mismo, la gente -en su gran mayoría- prefiere tomar prudente distancia de ella. Hay una fuerte asociación de ese término con lo que representa la corrupción, intriga, traición, componenda, etc., en ese afán irracional de acceder, a como dé lugar, al poder y no precisamente con el cívico y desprendido propósito de servir al pueblo sino más bien para obtener beneficios o canonjías ya sea en el orden personal o de grupo.

Sin duda, hablamos del desprestigio de una actividad que implica un espacio vital (en el que todos deberíamos prestar atención) ya que es donde se toman decisiones que afectarán de una u otra manera la calidad de vida de los integrantes de una comunidad ya sea que prevalezca el interés general o el particular.

De ahí la importancia, entonces, de aproximar la política a la gente en el afán de promover liderazgos que sean capaces de conducir los procesos de cambio y transformación de la sociedad en función del bien común.

Para ello se requiere de hombres y mujeres debidamente formados, capaces de enfrentar los desafíos que plantea un mundo cambiante y complejo. Por eso resultó gratificante conocer la inauguración, en nuestra ciudad, de la Escuela Regional de ‘Liderazgo, Democracia y Desarrollo Social’, promovida por la Fundación CAJE y con el aval de instituciones vinculadas con la academia, cultura y procesos electorales.

En esto destaca la presencia de alumnos, en su amplia mayoría entusiastas jóvenes de las provincias de Loja, El Oro y Zamora Chinchipe, quienes se convertirán en los futuros constructores del nuevo Ecuador.

Un reconocimiento especial a José Luis Ojeda, director de la Fundación CAJE, por su visión y trabajo con horizonte social. (O)

[email protected]

Giovanni Carrión Cevallos

La política se ha convertido, lamentablemente, en una palabra que produce recelo (por no decir asco) y, por lo mismo, la gente -en su gran mayoría- prefiere tomar prudente distancia de ella. Hay una fuerte asociación de ese término con lo que representa la corrupción, intriga, traición, componenda, etc., en ese afán irracional de acceder, a como dé lugar, al poder y no precisamente con el cívico y desprendido propósito de servir al pueblo sino más bien para obtener beneficios o canonjías ya sea en el orden personal o de grupo.

Sin duda, hablamos del desprestigio de una actividad que implica un espacio vital (en el que todos deberíamos prestar atención) ya que es donde se toman decisiones que afectarán de una u otra manera la calidad de vida de los integrantes de una comunidad ya sea que prevalezca el interés general o el particular.

De ahí la importancia, entonces, de aproximar la política a la gente en el afán de promover liderazgos que sean capaces de conducir los procesos de cambio y transformación de la sociedad en función del bien común.

Para ello se requiere de hombres y mujeres debidamente formados, capaces de enfrentar los desafíos que plantea un mundo cambiante y complejo. Por eso resultó gratificante conocer la inauguración, en nuestra ciudad, de la Escuela Regional de ‘Liderazgo, Democracia y Desarrollo Social’, promovida por la Fundación CAJE y con el aval de instituciones vinculadas con la academia, cultura y procesos electorales.

En esto destaca la presencia de alumnos, en su amplia mayoría entusiastas jóvenes de las provincias de Loja, El Oro y Zamora Chinchipe, quienes se convertirán en los futuros constructores del nuevo Ecuador.

Un reconocimiento especial a José Luis Ojeda, director de la Fundación CAJE, por su visión y trabajo con horizonte social. (O)

[email protected]

Giovanni Carrión Cevallos

La política se ha convertido, lamentablemente, en una palabra que produce recelo (por no decir asco) y, por lo mismo, la gente -en su gran mayoría- prefiere tomar prudente distancia de ella. Hay una fuerte asociación de ese término con lo que representa la corrupción, intriga, traición, componenda, etc., en ese afán irracional de acceder, a como dé lugar, al poder y no precisamente con el cívico y desprendido propósito de servir al pueblo sino más bien para obtener beneficios o canonjías ya sea en el orden personal o de grupo.

Sin duda, hablamos del desprestigio de una actividad que implica un espacio vital (en el que todos deberíamos prestar atención) ya que es donde se toman decisiones que afectarán de una u otra manera la calidad de vida de los integrantes de una comunidad ya sea que prevalezca el interés general o el particular.

De ahí la importancia, entonces, de aproximar la política a la gente en el afán de promover liderazgos que sean capaces de conducir los procesos de cambio y transformación de la sociedad en función del bien común.

Para ello se requiere de hombres y mujeres debidamente formados, capaces de enfrentar los desafíos que plantea un mundo cambiante y complejo. Por eso resultó gratificante conocer la inauguración, en nuestra ciudad, de la Escuela Regional de ‘Liderazgo, Democracia y Desarrollo Social’, promovida por la Fundación CAJE y con el aval de instituciones vinculadas con la academia, cultura y procesos electorales.

En esto destaca la presencia de alumnos, en su amplia mayoría entusiastas jóvenes de las provincias de Loja, El Oro y Zamora Chinchipe, quienes se convertirán en los futuros constructores del nuevo Ecuador.

Un reconocimiento especial a José Luis Ojeda, director de la Fundación CAJE, por su visión y trabajo con horizonte social. (O)

[email protected]