Misión imposible

La supervivencia del Consejo de Participación Ciudadana aparece imposible. Mal prestigio le dejó el pícaro que lo inventó y recobrarlo requiere valor e inteligencia. ¿Qué se creen los que piensan que solo ellos pueden nombrar dignidades como las que nombraron?, ¿qué cátedra de ética y patriotismo ha dado una Asamblea que todos sabemos cómo fue conformada?, ¿acaso no utilizó el Método d’Hondt para asambleístas provinciales y el de Webster para los nacionales, despreciando a las minorías y armando una mayoría espuria? La perorata del prófugo incitando a ‘tomarse’ el Consejo a los correístas, ha desatado la ‘sacada de cueros al sol’ a los que se supone siguen siéndolo a pesar de los requisitos. Un Consejo bien elegido, integrado por gente honrada y alejada de la podredumbre revolucionaria, bien podría tapar la boca a un batallón de sinvergüenzas.

Carlos Mosquera Benalcázar
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