Problemas económicos en América Latina

Remo Cornejo Luque

La posibilidad de que América Latina enfrente nuevos problemas económicos forma parte de recientes análisis efectuados por expertos, fenómeno que advierte la agudización de los ya existentes en la región y explican la oleada de protestas populares producidas en estos meses.

Los años ochenta fueron conocidos como la «década perdida», caracterizada por la crisis de la deuda externa que prácticamente paralizó la economía de la región. Ahora, los problemas se presentan desde 2014, luego de que el boom de las exportaciones de materias primas llegó a su fin, que en el caso de nuestro país, por ejemplo, permitió vender el barril de petróleo hasta en alrededor de los 100 dólares.

Estimaciones del FMI señalan que la expansión de la economía latinoamericana será apenas 0,2% en este año, convirtiéndose en la región con el crecimiento más lento del mundo. En los últimos seis años el crecimiento real del PIB de la región promedió el 0,8%, pero «considerando el crecimiento de la población, el PIB per cápita en realidad disminuyó».

Ecuador no se aparta de esta realidad. Este año puede culminar con un crecimiento cero de la economía y hasta con índices negativos. El BCE anunció que sus proyecciones de crecimiento, que apenas estaban en 0,16%, serán revisadas a la baja. En los últimos cinco años, el promedio de crecimiento económico ha sido 0,60%; en el próximo cuatrienio, hasta el año 2023, se estima que el promedio será de 1,5%.

Esto describe un escenario y una perspectiva económica compleja, en el que no todos son afectados por igual. Al tiempo que los países enfrentan graves problemas y los pueblos son víctimas de éstos, existen sectores que acumulan riqueza. Esa es una historia que se repite. Los pueblos no quieren seguir cargando sobre sus espaldas los efectos de la crisis. (O)

[email protected]

Remo Cornejo Luque

La posibilidad de que América Latina enfrente nuevos problemas económicos forma parte de recientes análisis efectuados por expertos, fenómeno que advierte la agudización de los ya existentes en la región y explican la oleada de protestas populares producidas en estos meses.

Los años ochenta fueron conocidos como la «década perdida», caracterizada por la crisis de la deuda externa que prácticamente paralizó la economía de la región. Ahora, los problemas se presentan desde 2014, luego de que el boom de las exportaciones de materias primas llegó a su fin, que en el caso de nuestro país, por ejemplo, permitió vender el barril de petróleo hasta en alrededor de los 100 dólares.

Estimaciones del FMI señalan que la expansión de la economía latinoamericana será apenas 0,2% en este año, convirtiéndose en la región con el crecimiento más lento del mundo. En los últimos seis años el crecimiento real del PIB de la región promedió el 0,8%, pero «considerando el crecimiento de la población, el PIB per cápita en realidad disminuyó».

Ecuador no se aparta de esta realidad. Este año puede culminar con un crecimiento cero de la economía y hasta con índices negativos. El BCE anunció que sus proyecciones de crecimiento, que apenas estaban en 0,16%, serán revisadas a la baja. En los últimos cinco años, el promedio de crecimiento económico ha sido 0,60%; en el próximo cuatrienio, hasta el año 2023, se estima que el promedio será de 1,5%.

Esto describe un escenario y una perspectiva económica compleja, en el que no todos son afectados por igual. Al tiempo que los países enfrentan graves problemas y los pueblos son víctimas de éstos, existen sectores que acumulan riqueza. Esa es una historia que se repite. Los pueblos no quieren seguir cargando sobre sus espaldas los efectos de la crisis. (O)

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La posibilidad de que América Latina enfrente nuevos problemas económicos forma parte de recientes análisis efectuados por expertos, fenómeno que advierte la agudización de los ya existentes en la región y explican la oleada de protestas populares producidas en estos meses.

Los años ochenta fueron conocidos como la «década perdida», caracterizada por la crisis de la deuda externa que prácticamente paralizó la economía de la región. Ahora, los problemas se presentan desde 2014, luego de que el boom de las exportaciones de materias primas llegó a su fin, que en el caso de nuestro país, por ejemplo, permitió vender el barril de petróleo hasta en alrededor de los 100 dólares.

Estimaciones del FMI señalan que la expansión de la economía latinoamericana será apenas 0,2% en este año, convirtiéndose en la región con el crecimiento más lento del mundo. En los últimos seis años el crecimiento real del PIB de la región promedió el 0,8%, pero «considerando el crecimiento de la población, el PIB per cápita en realidad disminuyó».

Ecuador no se aparta de esta realidad. Este año puede culminar con un crecimiento cero de la economía y hasta con índices negativos. El BCE anunció que sus proyecciones de crecimiento, que apenas estaban en 0,16%, serán revisadas a la baja. En los últimos cinco años, el promedio de crecimiento económico ha sido 0,60%; en el próximo cuatrienio, hasta el año 2023, se estima que el promedio será de 1,5%.

Esto describe un escenario y una perspectiva económica compleja, en el que no todos son afectados por igual. Al tiempo que los países enfrentan graves problemas y los pueblos son víctimas de éstos, existen sectores que acumulan riqueza. Esa es una historia que se repite. Los pueblos no quieren seguir cargando sobre sus espaldas los efectos de la crisis. (O)

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La posibilidad de que América Latina enfrente nuevos problemas económicos forma parte de recientes análisis efectuados por expertos, fenómeno que advierte la agudización de los ya existentes en la región y explican la oleada de protestas populares producidas en estos meses.

Los años ochenta fueron conocidos como la «década perdida», caracterizada por la crisis de la deuda externa que prácticamente paralizó la economía de la región. Ahora, los problemas se presentan desde 2014, luego de que el boom de las exportaciones de materias primas llegó a su fin, que en el caso de nuestro país, por ejemplo, permitió vender el barril de petróleo hasta en alrededor de los 100 dólares.

Estimaciones del FMI señalan que la expansión de la economía latinoamericana será apenas 0,2% en este año, convirtiéndose en la región con el crecimiento más lento del mundo. En los últimos seis años el crecimiento real del PIB de la región promedió el 0,8%, pero «considerando el crecimiento de la población, el PIB per cápita en realidad disminuyó».

Ecuador no se aparta de esta realidad. Este año puede culminar con un crecimiento cero de la economía y hasta con índices negativos. El BCE anunció que sus proyecciones de crecimiento, que apenas estaban en 0,16%, serán revisadas a la baja. En los últimos cinco años, el promedio de crecimiento económico ha sido 0,60%; en el próximo cuatrienio, hasta el año 2023, se estima que el promedio será de 1,5%.

Esto describe un escenario y una perspectiva económica compleja, en el que no todos son afectados por igual. Al tiempo que los países enfrentan graves problemas y los pueblos son víctimas de éstos, existen sectores que acumulan riqueza. Esa es una historia que se repite. Los pueblos no quieren seguir cargando sobre sus espaldas los efectos de la crisis. (O)

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