Derechos de los humanos

Manuel Salinas Ordóñez

Se recuerda el día de los Derechos Humanos, en conmemoración de la fecha en la que se adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un 10 de diciembre de 1948. Principalmente, en este instrumento internacional se proclamó los derechos inalienables del ser humano sin distinguir raza, color, sexo, religión, idioma, filiación política, etc.

Los derechos humanos están garantizados en un sinnúmero de cuerpos normativos de orden internacional y en la legislación nacional de cada Estado, pero su reconocimiento es lírico y no representa la efectiva adjudicación de determinado derecho a cada ser humano.

El ser humano, es el propio vulnerador de sus derechos, día a día, se observa cómo se discrimina a las personas por su condición económica, por ejemplo, en una clínica privada no importa el derecho a la salud ni el derecho a la vida, importa contar con el dinero suficiente para pagar por la atención médica.

El derecho a la educación superior es limitado por un sistema de admisión y nivelación que busca elitizar a los estudiantes que pueden ingresar a una Universidad pública, sin considerar que quienes no puedan hacerlo, deben formar el amplio universo del desempleo y subempleo. En el peor de los casos, se incrementa el número de infractores y peligrosidad social.

Con estos dos ejemplos de vulneración de los derechos humanos se puede concebir que los seres humanos somos quienes fijamos los límites de los derechos que tenemos, por lo que dejan de ser derechos humanos para pasar a ser derechos de los humanos.

Independientemente de su consagración y concepción los derechos tienen plena vigencia si es que los humanos lo permitimos, por ello, los derechos humanos pasan a ser derechos de los humanos, aquellos que las personas reconocemos y respetamos. El más alto deber del Estado ecuatoriano y de todas las personas es respetar los derechos humanos de las personas. Hagámoslo. (O)

[email protected]

Manuel Salinas Ordóñez

Se recuerda el día de los Derechos Humanos, en conmemoración de la fecha en la que se adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un 10 de diciembre de 1948. Principalmente, en este instrumento internacional se proclamó los derechos inalienables del ser humano sin distinguir raza, color, sexo, religión, idioma, filiación política, etc.

Los derechos humanos están garantizados en un sinnúmero de cuerpos normativos de orden internacional y en la legislación nacional de cada Estado, pero su reconocimiento es lírico y no representa la efectiva adjudicación de determinado derecho a cada ser humano.

El ser humano, es el propio vulnerador de sus derechos, día a día, se observa cómo se discrimina a las personas por su condición económica, por ejemplo, en una clínica privada no importa el derecho a la salud ni el derecho a la vida, importa contar con el dinero suficiente para pagar por la atención médica.

El derecho a la educación superior es limitado por un sistema de admisión y nivelación que busca elitizar a los estudiantes que pueden ingresar a una Universidad pública, sin considerar que quienes no puedan hacerlo, deben formar el amplio universo del desempleo y subempleo. En el peor de los casos, se incrementa el número de infractores y peligrosidad social.

Con estos dos ejemplos de vulneración de los derechos humanos se puede concebir que los seres humanos somos quienes fijamos los límites de los derechos que tenemos, por lo que dejan de ser derechos humanos para pasar a ser derechos de los humanos.

Independientemente de su consagración y concepción los derechos tienen plena vigencia si es que los humanos lo permitimos, por ello, los derechos humanos pasan a ser derechos de los humanos, aquellos que las personas reconocemos y respetamos. El más alto deber del Estado ecuatoriano y de todas las personas es respetar los derechos humanos de las personas. Hagámoslo. (O)

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Manuel Salinas Ordóñez

Se recuerda el día de los Derechos Humanos, en conmemoración de la fecha en la que se adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un 10 de diciembre de 1948. Principalmente, en este instrumento internacional se proclamó los derechos inalienables del ser humano sin distinguir raza, color, sexo, religión, idioma, filiación política, etc.

Los derechos humanos están garantizados en un sinnúmero de cuerpos normativos de orden internacional y en la legislación nacional de cada Estado, pero su reconocimiento es lírico y no representa la efectiva adjudicación de determinado derecho a cada ser humano.

El ser humano, es el propio vulnerador de sus derechos, día a día, se observa cómo se discrimina a las personas por su condición económica, por ejemplo, en una clínica privada no importa el derecho a la salud ni el derecho a la vida, importa contar con el dinero suficiente para pagar por la atención médica.

El derecho a la educación superior es limitado por un sistema de admisión y nivelación que busca elitizar a los estudiantes que pueden ingresar a una Universidad pública, sin considerar que quienes no puedan hacerlo, deben formar el amplio universo del desempleo y subempleo. En el peor de los casos, se incrementa el número de infractores y peligrosidad social.

Con estos dos ejemplos de vulneración de los derechos humanos se puede concebir que los seres humanos somos quienes fijamos los límites de los derechos que tenemos, por lo que dejan de ser derechos humanos para pasar a ser derechos de los humanos.

Independientemente de su consagración y concepción los derechos tienen plena vigencia si es que los humanos lo permitimos, por ello, los derechos humanos pasan a ser derechos de los humanos, aquellos que las personas reconocemos y respetamos. El más alto deber del Estado ecuatoriano y de todas las personas es respetar los derechos humanos de las personas. Hagámoslo. (O)

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Manuel Salinas Ordóñez

Se recuerda el día de los Derechos Humanos, en conmemoración de la fecha en la que se adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un 10 de diciembre de 1948. Principalmente, en este instrumento internacional se proclamó los derechos inalienables del ser humano sin distinguir raza, color, sexo, religión, idioma, filiación política, etc.

Los derechos humanos están garantizados en un sinnúmero de cuerpos normativos de orden internacional y en la legislación nacional de cada Estado, pero su reconocimiento es lírico y no representa la efectiva adjudicación de determinado derecho a cada ser humano.

El ser humano, es el propio vulnerador de sus derechos, día a día, se observa cómo se discrimina a las personas por su condición económica, por ejemplo, en una clínica privada no importa el derecho a la salud ni el derecho a la vida, importa contar con el dinero suficiente para pagar por la atención médica.

El derecho a la educación superior es limitado por un sistema de admisión y nivelación que busca elitizar a los estudiantes que pueden ingresar a una Universidad pública, sin considerar que quienes no puedan hacerlo, deben formar el amplio universo del desempleo y subempleo. En el peor de los casos, se incrementa el número de infractores y peligrosidad social.

Con estos dos ejemplos de vulneración de los derechos humanos se puede concebir que los seres humanos somos quienes fijamos los límites de los derechos que tenemos, por lo que dejan de ser derechos humanos para pasar a ser derechos de los humanos.

Independientemente de su consagración y concepción los derechos tienen plena vigencia si es que los humanos lo permitimos, por ello, los derechos humanos pasan a ser derechos de los humanos, aquellos que las personas reconocemos y respetamos. El más alto deber del Estado ecuatoriano y de todas las personas es respetar los derechos humanos de las personas. Hagámoslo. (O)

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