Nuestro legado cultural

Pablo Ortiz Muñoz

A lo largo de la historia todo acontecimiento u obra ha tenido trascendental importancia en el legado cultural de la sociedad. Muchos estudios afirman que la mayor herencia que como sociedades podemos trasmitir a nuestras futuras generaciones es el Patrimonio Histórico, ya que a través de este se establecen los vínculos que nos permiten identificarnos con nuestros antepasados y sus vivencias. Es decir, nos muestra el pasado y lo trasmite al futuro; trayendo con ello a la memoria las experiencias pasadas de las distintas generaciones que nos antecedieron, en esencia, lo que somos y de dónde venimos. Por lo tanto, el Patrimonio Histórico más que un legado es nuestra propia identidad.

Desde su concepción Patrimonio implica poseer o guardar. La etimología de la palabra establece que es algo que viene de: los padres o los antepasados, y se transfiere de generación en generación, está implícito que se trata de algo valioso. Por lo tanto, es algo que hay que cuidar y preservar (Ruíz, 2017).

Por qué el presente artículo, la respuesta es simple, acaso los Lojanos le estamos dando la importancia que amerita a nuestro Patrimonio Histórico, si la respuesta es sí, bendita la tierra que nos vio nacer. Pero lamentablemente la repuesta es no; solo para citar, son contados los edificios históricos en Loja; se habla de un centro histórico, lo busco, lo busco y no lo encuentro, acaso se opacó por los dinosaurios de cemento, fieles representantes de lo grotesco del entorno o por un plan regenerar, que distorsiona toda la estética de la añorada campiña lojana.

Mejor ni hablar de las letras, la pintura y la escultura, donde estarán los museos y las galerías que den fe de nuestros escritores, pintores y escultores. Loja ciudad de la música, aquella de los cuatro vientos y los atajitos de caña, que despertaban a la luna, con cada nota musical, acaso descansa en el recuerdo de “Si Usted nunca ha ido a Loja no conoce mi país”.

Se habla de turismo para el desarrollo y nos hemos olvidado de lo esencial, valorar nuestra identidad, esa es nuestra carta de presentación, es hora de definirnos como lo que somos ‘Cuna de la Cultura’. (O)