Estás gordo

Pablo Ruiz Aguirre

Estaba trotando el martes en el gimnasio para realizar un poco de ejercicio y salir de la rutina. Se me acercó una niña, María Paz le llamó su padre tiempo después. Se paró a lado de la máquina en donde yo hacía ejercicio. Me preguntó ¿por qué haces ejercicio estás gordo verdad? La quedé viendo al principio pensando “esta guagua no tiene filtro”-me reí- Le dije, sí, por eso hago ejercicio.

Seguía trotando como si ya se hubiera acabado el interrogatorio de una pregunta que valía por diez de un adulto. Más claro yo veía al horizonte como si no estuviera María Paz ahí para que no me dijera nada más. Pero, era una guagua así que siguió, me preguntó ¿y no te cansa porque ya estas sudando? Le dije, sí, pero a veces toca esforzarte un poco más si quieres hacer algo. Me nació la paternidad, seguí viendo al horizonte y viéndola de reojo pensando ¿será que ya acabo?

Sin embargo, era una guagua y me dijo. Dile a mi papá que trote, está gordito. Me reí, pensé, ya acabó conmigo, le toca al papá. Insistí en ver al horizonte, pero era una guagua, y me preguntó ¿y ya hiciste toditas esas máquinas de atrás? Le dije, no, es por partes, depende el objetivo del día. Le propuse para ver si no me cuestionaba más que señale las máquinas que ella creía yo había hecho a modo de juego. Coincidimos en tres

Días después me di cuenta lo que me había hecho reflexionar María Paz respecto la vida usando la metáfora del gimnasio. Si estás gordo, haces ejercicio, es decir, tienes un problema, buscas una solución si no eres pasivo. Segundo, cuando haces algo, claro que te cansas, es decir, si tienes un objetivo por supuesto te agotas al buscarlo, pero cada cosa, cada momento, cada espacio en esta vida merece un esfuerzo. Tercero, no haces todas las máquinas el mismo día, es decir, cada día tienes una meta, cada día emprendes tu voluntad. La planificación te acerca a lo deseado. En fin, estoy gordo, pero me esfuerzo, es decir, tenemos sueños, hay que trotar por ellos. (O)

[email protected]