ARCOIRIS Y OLLAS DE ORO

Álvaro Leonardo Peña Flores

Infortunadamente es muy difícil dejar de hablar del acontecer diario en el Ecuador, todos los días hay novedades, cada noticia de corrupción que aparece es más repugnante que la anterior, y más indignante es aún, que todos estamos impávidos, impotentes, sin recursos de ningún tipo para poder hacer justicia. Todo esto se evidencia en que por ejemplo se allanan las viviendas de los implicados, pero el gusto nos dura unas cuantas horas; las piezas claves se declaran amnésicas con la venia de magistrados; los padres de la patria unos incapacitados para legislar, pero atiborrados de prerrogativas y prebendas; ahora también hasta algunos futbolistas nos sorprenden con que, a más de poco hábiles, incapacitados; sin dejar de lado a los hacedores de la justicia cuyas competencias dejan mucho que desear.

Con miras a la contienda electoral que ahora se avecina, es momento oportuno para poder reivindicarnos. Creo que la mejor escuela para aprender a ejercer nuestro sagrado derecho a sufragar, es el panorama actual del país. Que los discursos demagogos de tanto politiquero ofreciendo arcoíris y ollas de oro, no nos engañen; ni los personajes de siempre nos obnubilen con sus artilugios. No vendamos nuestro derecho y el futuro de nuestros hijos por un plato de lentejas. Los primeros en convertirnos en corruptos somos todos aquellos quienes trabajamos por un partido político con miras a conseguir un puesto en el gobierno de turno, no hay nada más ruin que tener ese sentimiento, porque lo único que haremos es ir a servirnos de los bienes públicos. Después no nos quejemos que nos quiten el pan de la boca, ni nos despidan sin pena ni gloria de lo que tanto amamos, que es el bendito trabajo. ¡A elegir bien!.

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