El virus ‘está vivo’ y viaja casi dos metros

TECNOLOGÍA. La española Arantza Eiguren-Fernández lideró la elaboración del VIVAS (Aerosol de muestras de Virus Viables), que se usaría en escuelas y hospitales
TECNOLOGÍA. La española Arantza Eiguren-Fernández lideró la elaboración del VIVAS (Aerosol de muestras de Virus Viables), que se usaría en escuelas y hospitales

Redacción MIAMI

El virus del Covid-19 no solo flota en el aire, sino que está allí «vivo», y además puede contagiar a una distancia mayor de 1,8 metros, según un estudio de la Universidad de Florida (UF), en EE.UU., que primero tuvo que atrapar al patógeno sin matarlo para poder llegar a esa conclusión.

Un virus muerto no contagia

El estudio confirma que muchos de los virus que flotan en el aire no son viables. Los virus son bastante sensibles y frágiles.

«Están ‘muertos’ debido a la luz ultravioleta de la luz solar, o tal vez porque se secaron, o porque hay químicos en el aire que los inactivan, o una combinación de estos», subrayó el científico.

Si el virus muere en el aire, la persona que lo inhala no contraerá la enfermedad. Así explicó la española Arantza Eiguren-Fernández, que estuvo a cargo del artefacto que logró la hazaña, de capturar “vivo” al Covid-19.

Incluso en el exterior, el distanciamiento social es tan importante, como el uso de mascarillas”.

John Lednicky, virólogo de la Universidad de Florida.

Un aparato muy útil

El aparato conocido como VIVAS inicialmente fue diseñado para establecer en escuelas y hospitales qué tipo de gripe estaba activa para utilizar la vacuna adecuada.

Ahora, el VIVAS podrá atrapar una partícula de Covid-19 que se encuentre en un ambiente determinado, y definir si es peligroso para la salud de quienes estén allí.

Distancia insuficiente

Las muestras fueron recolectadas a 2 metros y a 4,8 metros de dos pacientes con Covid-19 en una habitación de un hospital de Florida, y se estableció también que el contagio puede ocurrir a más de los 1,8 metros que han recomendado las autoridades sanitarias.

Al aire libre, menos riesgo

Lednicky explicó que los virus pueden viajar largas distancias, «kilómetros», en espacios cerrados.

Sin embargo, al aire libre, especialmente cuando hace calor, las partículas de virus flotan hacia arriba, más alto que la zona de respiración.

«Además, si está húmedo, los virus caen al suelo (el agua se condensa sobre ellos y son como gotas de lluvia). Y afuera hay luz ultravioleta», y un “efecto de dilución”, agregó.

Por lo tanto, las posibilidades de respirar partículas de virus son muy bajas en el exterior, siempre que no se encuentre entre una gran multitud, en la que «el distanciamiento social es tan importante, como el uso de mascarillas faciales».