Las experiencias que marcaron su vida

PROFESIÓN. Los tres choferes ya tienen más de una década tras el volante.
PROFESIÓN. Los tres choferes ya tienen más de una década tras el volante.

Pues la esencia para ellos debe de ser la responsabilidad. Y según ellos eso no se consigue con un año de estudio sino que los años de travesías.

Redacción QUINSALOMA.

Raúl Alvarado Murillo, tiene 11 años dedicado a la labor de chofer. Sus inicios fueron en una camioneta vieja, en la que invirtió para aprender a conducir y convertirse en fletero.

Entre sus vivencias relató que una vez se fue hasta una finca a ganarse un ‘cachuelito’ con una carga de naranja. “En el camino había una curva y justo ahí estaba un estero, además la vía recién estaba lastrada y por no tener la experiencia me fui recto, la llantas traseras comenzaron a hundirse, entonces me vire, toda la mercadería se fue agua abajo”, contó.

Asimismo agregó que tuvo que permanecer dentro del carro, asustado. “Mis compañeros tuvieron que buscar cañas para poder sostener el vehículo. Yo no podía salir, porque tenía sostener el freno, si salía podía pasar algo grave”, explicó Alvarado.

De igual manera, aseguró que desde que le pasó aquello, es más precavido para evitar el peligro. En la actualidad trabaja en una compañía de camionetas fleteras que trabajan en su mayor tiempo en la zona rural de Quinsaloma.

“Me gusta mi profesión. Me pueden buscar en cualquier horario, ya sea en la noche o en el día, yo salgo a trabajar”, mencionó.

De familia

Simón Varga de 40 años, reveló que su profesión al volante nació de su papá. “Mi padre siempre me decía: ‘algún vas a necesitar de la licencia porque eso te dará de comer. Él también fue chofer de camiones por décadas”, dijo.

Fue así que le comenzó a gustar la vida del chofer. “Primero me gustaban la motos. Primero obtuve la licencia Tipo C, después la C, esos fueron mis primero pasos”, enfatizó.

El ciudadano agregó que en ese entonces se encontraban en el Oriente, pues se desempeñaba en bus público, pero comenta que en la calles se vivía la competencia por llegar primero a la parada para conseguir pasajeros.

“Me acuerdo que venía conduciendo, cuando vi que acercaba un bus de otra cooperativa. Comenzamos a acelerar y rebasarnos para ganar a los viajeros. En un punto de la carretera, que era de piedra, el carro se me adelanta para recoger algunos usuarios pero por mi velocidad con la que iba, perdí el equilibrio de bus”, narró.

Vargas comenta que lo primero que hizo fue pensar que en las familias que transportaba, pero afortunadamente, solo quedó en un susto. “Después me di cuenta del peligro. Desde ahí ya no hago ese chiste. Gané mi propia experiencia al volante”, relató.

Él con gran orgullo, enfatizó que ha sido, busetero, taxista, camionero y en la actualidad trabaja como chofer en una compañía de camionetas.

Mientras que Miguel Sinche también es conductor desde hace más 10 años. “Lo bonito es que mi profesión me ha sacado adelante junto a mi familia”, finalizó. (STG)