Hienas

Eduardo F. Naranjo C

La hiena es un depredador siniestro y de manada, símil de la trágica historia de esta nación, en la que son pocos los nombres honestos de recordar. En torno al recurso petrolero desde que apareció se multiplicaron los depredadores de la riqueza de todos.

CEPE y Petroecuador tenían costos de producción por barril extraído de 3 dólares, pero en el siglo XXI se fraguaron contratos con empresas privadas de hasta 34 dólares, aduciéndose inversiones, sin embargo, de esto el recurso sigue salvando al país.

Indigna el cinismo de un corsario de puerto que pretende cerrar la refinería de Esmeraldas, con el pretexto de contaminación y otras falacias, llegando al colmo de proponer reemplazar la planta y entregar el negocio a unos vivos que aportarán “comisiones” para cerrar el contrato.

Este habla falazmente con cara de momia, sugiriendo el reemplazo por una planta de alta conversión que resolvería la densidad y el azufre del crudo actual. Pretende engatusar a los esmeraldeños ofreciéndoles un gran puerto, cosa que nunca ocurrirá, eso para calmarlos frente al gigantesco atraco de los bienes estatales que pretende. Esmeraldas no puede aceptar tamaño engaño que solo daría riqueza a los de siempre y dejaría a esa provincia en soledad.

Anunció entre otras estupideces que tanques y ductos, como el puerto petrolero no serán incluidos en el paquete, tras esta jugada estarían esperando disponer de más crudo para exportar, beneficiando así a nuevos “brokers” nacionales que aparecerían y toda la gasolina se compraría a precio internacional en la supuesta nueva planta,

No es posible tolerar que nos sigan embaucando y los esmeraldeños son quienes más atentos deben estar ante el desarrollo potencial de estas nuevas mafias que paladinamente pretenden atracar a la mitad del día.

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