Relevo de gobierno

Franklin Barriga López

Llamó la atención, cuando se hacía el escrutinio en las últimas elecciones bolivianas, un “apagón” que imposibilitó continuar en el conocimiento de los resultados, los que prosiguieron luego de varias horas de ocasionada esta situación por demás anómala y que generó sospechas de fraude, ya que la tendencia electoral, comprobada en boca de urnas y avalada por encuestas, cambió y se dio como ganador en primera vuelta al presidente Evo Morales que pretendió eternizarse en el poder, como sucede con sus compinches del denominado socialismo del siglo XXI.

En vista de las graves irregularidades detectadas, el informe de la auditoría realizada por la OEA determinó que deben anularse los comicios efectuados el 20 de octubre, que se convoque a nuevas elecciones, a la vez que hizo un llamamiento para que exista nueva composición del órgano electoral. Todo ello y más sumió al hermano país en atmósfera de convulsión que le dividió peligrosamente, hasta que, primero la Policía y, luego, las Fuerzas Armadas quitaron el respaldo al mandatario que se vio obligado a renunciar y fugar a México.

Bolivia, con el nombramiento de la nueva presidenta, Jeanine Áñez Chávez, se apartó de la autocracia en que se hallan sumidos otros países latinoamericanos y caribeños, doblegados por ese engendro que llaman socialismo del siglo XXI, que propicia la virulencia y el retraso. Se debe subrayar que los regímenes totalitarios no son ninguna solución para los pueblos: basta recordar las causas para la caída del Muro de Berlín.

En vista de la acechanza del absolutismo, se vuelve imprescindible emprender acciones de concienciación ciudadana sobre la valía de la libertad y la democracia.

[email protected]

Franklin Barriga López

Llamó la atención, cuando se hacía el escrutinio en las últimas elecciones bolivianas, un “apagón” que imposibilitó continuar en el conocimiento de los resultados, los que prosiguieron luego de varias horas de ocasionada esta situación por demás anómala y que generó sospechas de fraude, ya que la tendencia electoral, comprobada en boca de urnas y avalada por encuestas, cambió y se dio como ganador en primera vuelta al presidente Evo Morales que pretendió eternizarse en el poder, como sucede con sus compinches del denominado socialismo del siglo XXI.

En vista de las graves irregularidades detectadas, el informe de la auditoría realizada por la OEA determinó que deben anularse los comicios efectuados el 20 de octubre, que se convoque a nuevas elecciones, a la vez que hizo un llamamiento para que exista nueva composición del órgano electoral. Todo ello y más sumió al hermano país en atmósfera de convulsión que le dividió peligrosamente, hasta que, primero la Policía y, luego, las Fuerzas Armadas quitaron el respaldo al mandatario que se vio obligado a renunciar y fugar a México.

Bolivia, con el nombramiento de la nueva presidenta, Jeanine Áñez Chávez, se apartó de la autocracia en que se hallan sumidos otros países latinoamericanos y caribeños, doblegados por ese engendro que llaman socialismo del siglo XXI, que propicia la virulencia y el retraso. Se debe subrayar que los regímenes totalitarios no son ninguna solución para los pueblos: basta recordar las causas para la caída del Muro de Berlín.

En vista de la acechanza del absolutismo, se vuelve imprescindible emprender acciones de concienciación ciudadana sobre la valía de la libertad y la democracia.

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Llamó la atención, cuando se hacía el escrutinio en las últimas elecciones bolivianas, un “apagón” que imposibilitó continuar en el conocimiento de los resultados, los que prosiguieron luego de varias horas de ocasionada esta situación por demás anómala y que generó sospechas de fraude, ya que la tendencia electoral, comprobada en boca de urnas y avalada por encuestas, cambió y se dio como ganador en primera vuelta al presidente Evo Morales que pretendió eternizarse en el poder, como sucede con sus compinches del denominado socialismo del siglo XXI.

En vista de las graves irregularidades detectadas, el informe de la auditoría realizada por la OEA determinó que deben anularse los comicios efectuados el 20 de octubre, que se convoque a nuevas elecciones, a la vez que hizo un llamamiento para que exista nueva composición del órgano electoral. Todo ello y más sumió al hermano país en atmósfera de convulsión que le dividió peligrosamente, hasta que, primero la Policía y, luego, las Fuerzas Armadas quitaron el respaldo al mandatario que se vio obligado a renunciar y fugar a México.

Bolivia, con el nombramiento de la nueva presidenta, Jeanine Áñez Chávez, se apartó de la autocracia en que se hallan sumidos otros países latinoamericanos y caribeños, doblegados por ese engendro que llaman socialismo del siglo XXI, que propicia la virulencia y el retraso. Se debe subrayar que los regímenes totalitarios no son ninguna solución para los pueblos: basta recordar las causas para la caída del Muro de Berlín.

En vista de la acechanza del absolutismo, se vuelve imprescindible emprender acciones de concienciación ciudadana sobre la valía de la libertad y la democracia.

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Llamó la atención, cuando se hacía el escrutinio en las últimas elecciones bolivianas, un “apagón” que imposibilitó continuar en el conocimiento de los resultados, los que prosiguieron luego de varias horas de ocasionada esta situación por demás anómala y que generó sospechas de fraude, ya que la tendencia electoral, comprobada en boca de urnas y avalada por encuestas, cambió y se dio como ganador en primera vuelta al presidente Evo Morales que pretendió eternizarse en el poder, como sucede con sus compinches del denominado socialismo del siglo XXI.

En vista de las graves irregularidades detectadas, el informe de la auditoría realizada por la OEA determinó que deben anularse los comicios efectuados el 20 de octubre, que se convoque a nuevas elecciones, a la vez que hizo un llamamiento para que exista nueva composición del órgano electoral. Todo ello y más sumió al hermano país en atmósfera de convulsión que le dividió peligrosamente, hasta que, primero la Policía y, luego, las Fuerzas Armadas quitaron el respaldo al mandatario que se vio obligado a renunciar y fugar a México.

Bolivia, con el nombramiento de la nueva presidenta, Jeanine Áñez Chávez, se apartó de la autocracia en que se hallan sumidos otros países latinoamericanos y caribeños, doblegados por ese engendro que llaman socialismo del siglo XXI, que propicia la virulencia y el retraso. Se debe subrayar que los regímenes totalitarios no son ninguna solución para los pueblos: basta recordar las causas para la caída del Muro de Berlín.

En vista de la acechanza del absolutismo, se vuelve imprescindible emprender acciones de concienciación ciudadana sobre la valía de la libertad y la democracia.

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