La inseguridad del puente colgante

MALESTAR. La ciudadanía reclama mayor seguridad en el puente peatonal.
MALESTAR. La ciudadanía reclama mayor seguridad en el puente peatonal.

QUEVEDO

El puente peatonal colgante conecta a la ciudadanía quevedeña que transita desde el centro hasta la parroquia San Camilo o viceversa. No se sabe con exactitud el día de su creación pero se conoce que es uno de los más antiguos de la ciudad.

Por el año 2010 recibió su primer mantenimiento y en el 2015 tuvo una remodelación integral que costó 85.000 mil dólares. Fue allí donde las maderas deterioraras fueron remplazadas por toldo galvanizado hasta ahora. Además de otras especificaciones de diseño.

Problema

No obstante, la falta de seguridad y el temor a ser víctimas de la delincuencia es lo que más preocupa a las personas. Además de que manifestaron que tanto en el día como en la noche, del lado de centro, se observan grupos de personas con actitudes sospechosas.

Darwin León, comerciante en los bajos del Mercado del Río, cuenta que el lugar necesita resguardo policial urgente, esto debido a que por las mañanas, personas aprovechan el estado de abandono de la estructura para esconderse y hacer sus fechorías.

“Uno le toca cruzar porque vive en San Camilo y eso está oscurito a partir de las 18:00”, agrega el vendedor.

Magali Bedón, quién transita por el lugar todas las mañanas, expresó su malestar por la falta de policías, espera que con la construcción del Parque Lineal la situación mejore.

“Veo que están haciendo este parque que está quedando muy bonito pero considero que el puente sí necesita unos foquitos porque para quienes viven cerca por las noches ha de ser muy oscuro y eso es bueno para los delincuentes”, manifestó.

Quien ha sido testigo de un robo es Marcelo Macías, un hombre de avanzada edad que dice cruzar todos los días por el puente. Él cuenta que un joven sospechoso agarró a una mujer para robarle el teléfono la semana pasada. “Imagínese que se puede hacer allí, desde las 18:00 esto está intransitable por la peligrosidad”, comentó.

Macías también mencionó que otras de las incomodidades con las que se encuentra es que hay un mal olor por la zona y el “paisaje” de quienes se esconden en las riberas para fumar. (EHL)