Los Fieles Difuntos unen a manabitas

A sus 84 años de edad, Piedad Chávez, visita religiosamente cada año la tumba de su madre.
A sus 84 años de edad, Piedad Chávez, visita religiosamente cada año la tumba de su madre.

Portoviejo, La Hora

El silencio sepulcral que invade a los cementerios a lo largo de cada año, toma otro matiz al celebrarse el Día de los Fieles Difuntos.
Manabitas que residen en varias provincias del país, retornaron para visitar a los familiares y amigos vivos y a aquellos que descansan en los camposantos. Otros lo hacían por turismo.
Ayer en la Terminal Terrestre de Portoviejo se registró una gran afluencia de personas. Carlos Macías Vera, llegó desde Ambato con sus dos hijos y su esposa, para visitar la tumba de su madre y a sus parientes, que residen en la ciudadela El Progreso de la capital manabita.
De su parte, María Anchundia Pesantes, quien reside desde hace siete años en Guayaquil, aprovechará los cuatro días de descanso para disfrutar junto a sus seres queridos.
Jimmy Muñoz, vendedor de pasajes de la Cooperativa de Transportes Carlos Alberto Aray, mencionó que la venta de boletos es normal y que el domingo, cuando culmine el feriado, tendrán que colocar unidades extra para atender la demanda.

En el cementerio
En el camposanto de Portoviejo, Piedad Chávez acudió desde tempranas horas a la tumba de su madre. Por un momento sus recuerdos la invadieron de nostalgia, sin embargo, reflexionó y comentó: «Es la ley de la vida».
Flores de diversos colores, velas, canelazo, dulces y otros productos de la época, se confunden en la parte externa del cementerio, combinando de esta manera una arraigada tradición.