Un cambio de actitud

Lucía Margarita Figueroa Robles

El progreso de nuestro terruño ha sido fruto del magnífico esfuerzo de sus habitantes, sin desestimar los valores éticos y morales, que en el transcurso de la vida se van perfeccionando a través de la experiencia individual, logrando un efecto de calidad extra en cada persona. Familiares, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, forman parte de nosotros, y el apoyo que desde nuestro nacimiento nos brindan quienes se encuentran a nuestro alrededor es decisivo. Lamentable se observa que como lojanos, todavía existen individuos que no analizan la importancia de mantener una buena relación con sus semejantes, sentada en las bases del compañerismo, para mejorar los vínculos y direccionarnos a la armonía, la prosperidad, y no al: egoísmo, miedo, conflicto y escasez, frenando nuestro camino y estancándonos como la caja de cangrejos, en la que ninguno puede salir por el revanchismo. De ahí que tendemos a competir más que cooperar, a buscarle problema a todo, más que una solución que no afecte a nadie. Recordemos que la vida es una oportunidad para aprender y experimentar situaciones positivas, no valores mediocres que provoquen actitudes dañinas, perturbando la armonía colectiva. Qué pena que pseudo autoridades, vestidos con máscaras de hipocresía, se alejen de valores positivos, y se muevan con intereses bajos, por sus ansias de poder. Un verdadero líder no es un egoísta psicológico que actúa impulsado por motivaciones autointeresadas, negando la existencia de conductas altruistas o haciendo las cosas a espaldas del resto. El liderazgo es una forma de ayudar e impulsar la coordinación y cooperación con otras personas

Lojanos, la belleza de nuestra gente ha sido y seguirá siendo el motor que nos lleve al éxito. No permitamos que actitudes negativas corrompan nuestras almas. Celebremos estos 195 años de independencia, luchando por la unidad, integridad, por incorporar las masas a un frente único, por fortalecer nuestros ideales que sin duda deben llevarnos a un objetivo común, en donde atisbaremos el progreso definitivo. (O)