Lenguaje

El éxito del lenguaje humano es su gran cantidad de palabras para designar cosas o expresar ideas. Nos comunicamos, crecemos y vivimos dentro de un sistema de signos  inmersos en un contexto cultural, desarrollado precisamente por esta interacción conceptual.

La vida de los pueblos se rige en gran medida por su lengua, de allí las diferencias entre  hablantes cercanos pero con distintos modos lingüísticos; situaciones que a veces pueden complicarse hasta altos grados de conflicto, como en la guerra rusa-ucraniana.

Aquí el reclamo insistente de presupuestos para la educación intercultural bilingüe tiene esta razón fundamental para los pueblos originarios de estos territorios; del otro lado no se entiende el alcance de esto o quizá sí, pues esto encara la salvación y reconstrucción de esas culturas originarias, que buscan recuperar el patrón estructural que regía antes de la Conquista. Ese es su objetivo, que subyace en muchos de los acontecimientos, como la actual movilización que, al parecer, más busca mostrar músculo para fines posteriores; para eso se utilizan situaciones de malestar social como motivación.

Esto evidencia nuestras debilidades como país no integrado, donde enunciados racistas y clasistas incendian las redes estos días. La formación educativa en los años de república no fue capaz de entender el escenario físico-social en el que coexistimos. No se comprenden y admiten aquellas cosmovisiones y  tampoco hay actitudes integradoras. El líder indio es sacudido y vituperado incentivando el odio. El problema nacional no es la situación actual de una protesta que se desborda; lo urgente es entender la toma de conciencia de las poblaciones nativas del continente, ahora educadas después de 500 años y que desde hace más de 60 años germinan con un objetivo que, de no ser abordado sabiamente, conflagrará nuestras naciones.