Vivencias

CARLOS CÓRDOVA

En una tertulia donde se reunieron varios personajes conocidos en Ambato, algunos de ellos contaron agradables vivencias de su vida en otra época. Pedro Reino relató en aquella ocasión una anécdota chistosa:
“En la época en la que yo me inicié, estuve en el Departamento de Cultura; organizamos en ese entonces el grupo folclórico ‘Cevallos’ que tuvo una muy buena época: pudo viajar a Perú y Bolivia”.

“Germán Calvache tenía en ese tiempo un programa en radio Variedades y nosotros queríamos que nos escuchara. Averiguamos dónde vivía y nos fuimos hasta allá, después de repasar como una hora”.

“Más o menos a las 23h00 llegamos; todo estaba en absoluto silencio, nadie hizo ruido con las cuerdas porque debíamos arrancar de una sola, pusimos los estuches de las guitarras en la vereda”.

“Y arrancamos con la canción con tal fuerza que sólo logramos que los maceteros nos cayeran encima, pues a la hora de rasgar las guitarras se asustaron los gatos que dormían junto a los maceteros, fue tanto el susto que se desbarató el sereno”.

Jaime Soto, que también acudió al encuentro entre amigos, narró una anécdota sobre uno de los personajes de Ambato:
“Sin lugar a dudas, uno de los personajes de Ambato fue Jaime Soto. Él fue verdaderamente un hombre que tuvo la característica de sacar el chiste en el momento…”.

“Para empezar a mi de pequeñito me decían ‘Jaimecito’, ahora que soy viejo me dicen ‘Jaimezote’. Todo el mundo conoce que lo nombraron rector de un colegio en Pelileo, siendo ministro de Educación el doctor Pepe Martínez”.

“Pero en aquel pueblo le hicieron escándalo; por qué sería, no lo sé, ya lo querían mandar sacando y delante de todos le dijeron que él es un mal rector. Jaime les respondió: Sí señor yo soy un mal rector, ¿creen ustedes que siendo yo un buen rector iba a venir a un colegio de Pelileo?”.

Historias como éstas y otras alegraron aquella noche en que un grupo de amigos ambateños mostraron su forma de ser al revivir personajes y anécdotas.

Ambato tiene mucha historia qué contar.
Ambato tiene mucha historia qué contar.