Servicio al cliente

Santiago Ochoa

Para el éxito de todo negocio (o empresa), el servicio al cliente es indispensable, sin embargo, existen algunos desatinos.

A usted le habrá pasado con seguridad que llegó a un local y quien le atendía tenía mala actitud. Seguro habrá ido a comprar algo para el dolor de cabeza, y se encontró con un parlante a todo volumen en la puerta que agudizó su dolor. También le será familiar que alguna vez le quedaron mal con la entrega de un producto o servicio y el encargado o vendedor le comenzó a contar todos los problemas que había tenido y las trágicas razones por las cuales no cumplió con la entrega de la mejor manera, o en el peor de los casos estaba enojado; pero, igual no cumplió.

Y sin duda habrá escuchado la frase “si va a comprar para atenderle” o “si tiene sueltito para venderle” o entró a un local y el encargado lo persiguió, etc., etc.

Estos son solo algunos de los casos de la mala atención al cliente que son más comunes y que seguramente no nos hemos detenido a pensar. Un mal día lo tenemos todos, pero, como cliente, no tenemos por qué ser mal tratado, no queremos música a todo volumen, especialmente si lo que necesitamos comprar es un medicamento. Como cliente, nos interesa adquirir un buen producto y/o servicio, no queremos escuchar los problemas del vendedor (si alguien nos quiere contar sus problemas, que nos invite un café) queremos un buen producto o servicio, no queremos que nos traten como si nos hicieran un favor, inclusive si hacemos varias preguntas, o pedimos que nos muestren productos, no tenemos la obligación de comprarlos. Si entramos en un local y necesitamos algo, lo preguntaremos, no queremos tener alguien siguiéndonos. Un buen servicio al cliente, no solo refleja la calidad de negocio, sino también la calidad de persona que está atendiendo. (O)

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