Zoila Isabel Loyola Román
¡Ser o no ser…! Hamlet muestra el lado oscuro de los sentimientos humanos: celos, traición, venganza, duda…. Todo lo que atormenta a Hamlet también nos atormenta a los demás mortales.
Cuántas veces dejamos pasar inconscientemente los días, los años, la vida. Cuántas veces sentimos que no somos, y que quisiéramos ser y es allí cuando estamos ante el dilema de ser o no ser… Cuántas otras veces nos hemos preguntado ¿por qué es tan difícil ser? Y hay momentos de extravío que preferimos no ser.
Muy pronto, o a veces muy tarde, nos damos cuenta de la fragilidad y finitud que somos. Somos necesitados de los demás, y solo la relación con alguien, nos hace percibir esa necesidad ontológica de ser.
No somos, porque no hemos amado, estar allí en las buenas, en las malas y en las peores, ¡eso es amar! Y solo amando podemos llegar a ser.
La semilla no puede ser mientras no muera, mientras no se pudra, en la tierra. Y desde allí germine nueva. Nacemos grano, semilla, para ser o no ser flor y luego fruto. ¿De quién depende? Depende de nosotros florecer o no, fructificar o no. Quien realmente quiera ser tiene que arriesgar “el todo por el todo”, ¡Todo!, Quien quiera alcanzar la plenitud debe aventurarse, a morir para vivir. Quien quiera ascender a lo más alto, tendrá que arriesgarse a rodar, a “descender”. Y quien acepta el reto, sabe que esta es la mejor manera de ser.
Hay quienes eligen no florecer, no fructificar, quedarse como semillas y así permanecer para siempre solos, sin raíces, sin flores y sin frutos ¡No quieren ser!, no se comprometen, porque están cerrados sobre sí mismos, flojos, laxos, fracasados ¡ no han vivido!
Ser o no ser…he ahí el dilema…el desafío de la vida, lo tomo o lo dejo, ¡no hay intermedio no hay tregua! Y no depende de los otros sino de nosotros. (O)