Los Derechos Humanos

POR: Mariana Minda.


Derechos Humanos son las normas que por justicia y equidad le pertenecen a cada uno, para que viva tranquilo y feliz.


Se inicia y se valora como principal el derecho a la vida, que tiene vigencia desde el momento de la concepción y que cada vez se fortalece con el ejercicio de otros derechos como a la alimentación, que nutre y crea defensas en el organismo para prevenir las enfermedades.


La recreación es parte de la vida, se debe buscar tiempos, espacios y momentos para la práctica de juegos y actividades para quitar el estrés y relajar el cuerpo.


El derecho a la libertad nos permite vivir sin ataduras, ni exigencias, de acuerdo con el dictado de la conciencia propia, escogiendo lo que es mejor, sin presiones, porque ello se ajusta a la legalidad y legitimidad. Así somos libres verdaderamente.


El derecho a la educación, que empieza en el hogar donde los padres son los primeros maestros, que deben estar preparados para enseñar con el ejemplo, con amor y ternura, para que luego asistan a las instituciones educativas, donde los profesores cumplan su función con responsabilidad y buenos sentimientos que fortalezcan su personalidad para que la universidad forme profesionales que aporten al desarrollo y mejoramiento del país
El derecho al trabajo es básico porque provee de los recursos indispensables para el cumplimiento y satisfacción de las necesidades cotidianas. Con el trabajo se realiza el ejercicio físico y mental muy indispensable para equilibrar las fuerzas, que dan energía y vitalidad para seguir adelante. El trabajo debe alternarse con el descanso, porque de otra manera los excesos son muy perjudiciales, o cansancio o vagancia.


El derecho al respeto y buen trato, totalmente libre de violencia, es fundamental y debe ser exigido en todo tiempo y lugar, pues este es un problema que afecta a la humanidad y necesita la atención universal, para que no destruya el mundo.


El derecho a la paz y la justicia nos permite disfrutar de tranquilidad con goce espiritual para sentir la presencia de Dios Creador, que nos dejó la Ley, base de la felicidad.