Peor el remedio que la enfermedad

Paulina Coronel Páez

El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, también conocido como el Quinto Poder fue idea del correísmo, para manejar todos los poderes del Estado y organismos de control; para no ser fiscalizados, con las consecuencias directas de corrupción e impunidad. Debía haber desaparecido y ser eliminado por el mismo Consejo Transitorio, presidido por Julio César Trujillo.

No lo hicieron, seguramente por no violentar mandatos constitucionales y porque finalmente esa decisión no fue del interés del presidente Lenin Moreno. Todos se lavaron las manos como Pilatos, dejándole la responsabilidad al pueblo ecuatoriano. Y ahora qué hacemos? Va a resultar peor el remedio que la enfermedad, porque con el respeto que se merecen los postulantes, los que ganen tal vez no sean los más probos para ejercer esta función, como ya se vivió en la década pasada; y empezamos el cuento, otra vez.

Por lo menos, los que integran el Consejo Transitorio son profesionales de larga trayectoria y han demostrado responsabilidad y celeridad en el encargo.

Por tanto, no es descabellada la idea de promover el voto nulo para la integración de este Consejo, el próximo 24 de marzo. Se trata de ejercer la presión ciudadana de descontento y deslegitimación, y forzar a una consulta popular para que dicho Poder desaparezca y se establezca un nuevo mecanismo de elección.

El siguiente paso, utilizar esa misma presión ciudadana para lograr independencia en todo el aparato de control, que ponga un alto a cualquier Gobierno, y a sus integrantes; y que no sea nuevamente un botín político de los elegidos de turno para perennizarse y tener carta blanca en el saqueo de las arcas del Estado. Si no es así, estaremos inmersos en otro error, que a la larga nos costará caro.