Llegar a ser lo que soy

El, injustamente poco conocido en Ecuador, filósofo francés Jacques Maritain acuñó la frase de la cual me sirvo para dar pie a este escrito. ¿La ocasión? El próximo inicio de las labores educativas en escuelas, colegios y universidades. El estudiante suele llegar al inicio del año escolar con mayor pereza que aplicación, con sentimientos dolorosos de volver a la rutina embrutecedora de las aulas. Los docentes, ansiosos de convertirnos algún día en auténticos maestros, tenemos una solución para esta realidad: inculcar con prudente constancia a los jóvenes la idea de la propia realización. Pero no a partir de simples modelos externos, impuestos por la moda o por algún proyecto político, cuando no por ocultos intereses sórdidos; sino con el fundamento de la propia persona, única, irrepetible, inédita.

El joven debe darse cuenta de su riqueza, de la cantidad de valores guardados, a veces sin conocerlos, debe potenciar sus fortalezas, sin descuidar el cultivo de nuevas posibilidades.


Al inicio del año escolar los jóvenes deberían tener la oportunidad de analizarse a sí mismos, de manera tímida e inicial, pero certera, aunque muchas veces no se entiendan a sí mismos por el proceso de la edad evolutiva. ¿Para qué? Para que poco a poco descubran el sitio a ocupar en el mundo, conscientes de la imposibilidad total de que otro lo llene; encuentren esa manera personal de actuar, de pensar, de colaborar, de trabajar, de amar… a la cual deberán fortalecer a lo largo de la vida. Si no lo hicieran, deben saber que se cumplirá en ellos la maxima de Jung: “Todos nacemos originales, pero muchos mueren como copias”.


Si el joven no encuentra su ser personal habrá perdido la vida, la sociedad perderá de manera fatal los aportes no dados por él, el mundo se empobrecerá por una suerte de lucro cesante intelectual y moral. Toda persona estancada en la mediocridad repetitiva estanca a la comunidad entera. Y cuando una comunidad se detiene, toda la humanidad tarda un poco más en alcanzar nuevas cumbres. Las más altas montañas se componen de infinitas piedras.


[email protected]