16-S y el mayo 68

Mucha gente saldrá a las calles y plazas el 16 de septiembre para demostrar apoyo o rechazo frente a los manejos políticos. La economía de las provincias fronterizas está en aprietos por un camino espinoso y profundo al competir con Colombia. Las erupciones, incendios forestales y el fenómeno climático de El Niño engrosan el atolladero y la pesadumbre de apoco se infla.


El protagonista principal es el pueblo y en realidad no importa si la gente está o no de acuerdo con el gobierno sino la soberbia y la torpeza de la mala política y un desenlace que puede resultar nefasto o quizá inspirador para un cambio. Con cierta clarividencia sobre el alrededor y un sentido común de lo que llamamos justicia el malestar popular puede arrasar con todo ese Estado de propaganda y sometimiento.


Guy Debord en su libro ‘La sociedad del espectáculo’ sostiene que la imagen de la mercancía en los medios de comunicación condiciona cada aspecto de la vida social y el espectáculo “concentrado” es la relación social entre la gente. “No vamos a poner la imagen a prueba de la realidad, sino poner la realidad a prueba de la imagen”, dice, y una vanguardia debe morir cuando pasó su tiempo. En sí lo que intentó es materializar el descontento social en el seno de la universidad y provocar una reacción en cadena.


En el mayo del 68 francés las paredes hablaron con grafitis en respuesta inmediata a la acumulación de arrestos de la policía mientras se construía barricadas por todo París: ‘Imaginación al poder’, ‘No es una revolución, majestad, es una mutación’, ‘No hay pensamiento revolucionario. Hay actos revolucionarios’, ‘Abajo el realismo socialista. Viva el surrealismo’, ‘Tomad vuestros deseos por la realidad’, ‘La barricada cierra la calle pero abre el camino’, ‘Un pensamiento que se estanca es un pensamiento que se pudre’, ‘Sean realistas, pidan lo imposible’, ‘Exagerar, esa es el arma’, ‘La acción permite superar las divisiones y encontrar soluciones. La acción está en la calle’.

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