La autoestima

En los medios de comunicación, las autoridades, los políticos, se habla fervorosamente de la autoestima de los latacungueños. Se han convertido en psicólogos clínicos que son los profesionales que se han preparado a nivel científico y técnico para tratar estos problemas de la mente humana.


A más de esto, no solo diagnostican y evidencian la baja autoestima individual sino también colectiva. Es realmente conmovedor escuchar las críticas en este aspecto y sobretodo las recomendaciones que se hacen, como la de promover las fiestas de la ciudad para elevar la autoestima porque: el caramelero, el vendedor informal, la señora de las salchipapas, los mendigos y pordioseros, esperan las fiestas para remediar en algo su anacrónica situación. Solamente los POLITICOS DEMAGOGOS que SIN VERGÜENZA alguna menosprecian la capacidad de los humildes y desposeídos pueden expresarse así, cuando pueden ser ellos mismos los responsables del estado de postración porque hicieron poco o nada para combatir los males sociales como la pobreza.


Un concepto muy interesante sobre el tema dice que “La autoestima es la valoración, generalmente positiva, de uno mismo.”; es decir que, con la debida orientación profesional, uno mismo debe empezar conociéndose; debemos tener la valentía de examinar nuestros defectos, imperfecciones físicas, mentales, emocionales, afectivas y de cualquier otro orden; asimilar con humildad nuestras fortalezas, para adoptar una actitud de cambio y, valorando lo positivo y examinando lo negativo de cada uno, comprometernos a corregir nuestras imperfecciones –no las de los demás- y en función de esos cambios obtener resultados positivos para la persona lo que redundará en bien de la familia, la comunidad.


Tarea compleja en la que mucho tiene que ver el Ser Interior, el Yo, y la voluntad.
Por tanto, no es obra de nadie, peor de políticos o autoridades quienes con buen ejemplo y acción transparente pueden ayudar mucho.