Vidas interrumpidas

El 13 de noviembre París se tiñó de sangre. Los ataques perpetrados en varios puntos de la ciudad dejaron 129 muertos y decenas de heridos. El concierto de rock de la banda estadounidense ‘Eagles of Death Metal’, en Bataclan -un teatro erigido en 1864 en el corazón de la capital de Francia- fue uno de los eventos escogidos por quienes planificaron los atentados. En medio del espectáculo, ingresaron tres personas armadas y dispararon, mientras gritaban “Alá es el más grande”, según testigos.


A pesar de que algunos lograron escapar de la escena, se registraron 90 muertos en el lugar. La cifra, aunque escalofriante, dice muy poco de las vidas que fueron interrumpidas. El País, de España ,destacó la importancia de darles rostro a las víctimas y contar sus historias.


Entre las semblanzas publicadas en la versión digital del diario español, está la del periodista Guillaume B. Decherf, de 43 años, quien era freelance y colaborador de la revista cultural LesInrocks. Decherf, padre de dos niñas, había publicado una crítica sobre el último disco de la agrupación ‘Eagles of Death Metal’ y su próximo texto iba a ser una crónica del concierto de ‘Motörhead en el Zénith’, grupo de heavy metal británico que canceló su presentación tras los ataques.


El camarógrafo de France 24, Mathieu Hoche, de 37 años, también perdió la vida en Bataclan. Famoso entre sus compañeros por ser un amante del rock, deja a una niña huérfana.


Otros medios recogieron los testimonios de Daniel Psenny, periodista de Le Monde (quien grabó un video del ataque desde su departamento y resultó herido al ayudar a las víctimas) y el de Julien Pearce, reportero de radio que logró huir de la masacre. Mi solidaridad con ellos y mi repudio a la violencia, responsable de tanta existencia trunca…


[email protected]