Sobreponernos a la adversidad

Un famoso pensador decía que la adversidad también es fértil y la victoria del espíritu humano ha sido siempre el fruto de la angustia. Los azotes con que nos castiga la naturaleza son realidades que se deben enfrentar con coraje, decisión y con esa fortaleza que llevamos los humanos en nuestro interior. La estación invernal nos está ocasionando muchos daños más de lo que esperábamos, a pesar de que aquí y por allá, esto es en todos los lugares de la Patria, se decía que estábamos preparados para enfrentar el fenómeno de El Niño y que al decir del Inamhi todavía no se manifiesta y que las torrenciales lluvias son producto de la fase invernal.


Muchas provincias del Ecuador se han visto afectadas ente ellas Cotopaxi, Imbabura, Manabí, Guayas, Santa Elena, Santo Domingo y Esmeraldas. Derrumbes, crecidas de ríos, deslizamientos de tierra que han cortado carreteras, alcantarillas tapadas, caída de árboles y de postes de luz, caídas de casas y pérdidas de vidas humanas y de animales, son las secuelas que nos deja como regalo una naturaleza que de forma sagaz está respondiendo con creces al maltrato que el hombre le prodiga por ser su peor depredador y también al cambio climático que lo alimentan países industrializados como China, Estados Unidos, Brasil y Rusia, por mencionar algunos.


Pero ocupémonos de lo nuestro y de lo que sucede en Esmeraldas. Casi todos los cantones de la provincia que están cruzados por caudalosos ríos han aumentado sus caudales de agua por las fuertes lluvias en las cabeceras donde tienen su origen, a lo que se suman caseríos a orillas del mar que por efecto de las pleamares no permitieron el desfogue de las aguas ocasionando retención, lo que origina que pequeñas viviendas de infraestructura débil cedan y caigan quedando al vaivén de las crecientes, lo que apena porque son familias pobres y campesinos que situados a orillas de los ríos y que viven de sus sembríos que les permiten subsistir.


La pregunta es: ¿Por qué las autoridades de todos los tiempos permitieron que se construyan viviendas en sitios señalados de alto riesgo? La respuesta es simple. Muchos políticos por ganar votos y otros por aparecer como deshacedores de agravios y enderezadores de entuertos dejaron actuar a libre albedrío y hoy muchos que viven del diario y que invirtieron sus ahorros en construir sus humildes viviendas están en la calle, durmiendo en las carreteras y a la intemperie y con una moral por los suelos, porque siendo padres de familia no saben cómo van a pasar el resto del invierno.