César Eduardo Briceño Toledo
El Senado de Brasil aprobó este jueves suspender a la mandataria Dilma Rousseff – una economista y ex guerrillera de 68 años- por 180 días y someterla a juicio político; “acusada” de violar las leyes fiscales al trasladar fondos oficiales a fines distintos de los asignados antes de su campaña de reelección de 2014. Decisión histórica en un país sumido en su peor recesión en décadas y una trama de sobornos en la petrolera Petrobras, en momentos en que ella era presidenta de la compañía- que ahora deberá enfrentar el vicepresidente Michel Temer. Termina con más de 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores.
En el “imaginario eje bolivariano”, hace días, la expresidenta argentina Cristina Fernández, fue imputada por el delito de lavado de dinero, por las fiscalía de su país, dentro la investigación denominada ‘La Ruta del Dinero K’, luego de que el financista Leonardo Fariña implicara a la expresidenta y a su fallecido esposo Néstor Kirchner en las maniobras de lavado de dinero y fuga de divisas vinculadas a la financiera la Casa Rosada.
La corrupción y el caudillismo autoritario pagan su factura con la desconfianza de la ciudadanía que en su momento los eligió. Nuestro país tampoco está exento de esta lacra social. Transparencia Internacional cada año determina el Índice de Percepción de la Corrupción en el mundo. Ecuador ha obtenido 32 puntos, posición número 107, de los 167 del ranking de corrupción gubernamental, Sus habitantes creen que existe mucha corrupción en el sector público y privado, mediante sobornos, escándalos políticos o financieros, fraude electoral, paga a periodistas, tráfico de influencias, concursos amañados, la compra de helicópteros de mala calidad, encarecimiento de la vida, las sentencias parcializadas de los jueces, el uso de la fuerza pública en apoyo de dudosas decisiones judiciales, etc. etc. (O)