El 24 de Mayo no se izaron banderas

La escuela de la vida nos enseña muchas lecciones que debemos aprender y practicar para no cometer ‘errores horrorosos’ que deben corregirse y que tratamos de justificar de la manera más simple, que en el fondo no tienen eco en quienes por razones obvias de conocimientos y por el paso de los años han logrado configurar una conducta que marca la diferencia. ¿Qué ecuatoriano no conoce que el 24 de Mayo es una fecha histórica en el calendario cívico escolar, donde las huestes patriotas dirigidas por el Mariscal Sucre derrotaron a los realistas comandados por Aymerich en las abruptas cumbres del Pichincha y cuya victoria selló nuestra independencia del yugo español, constituyéndose en ejemplo para otras naciones de América?


Decir que ignoramos sería una vergonzosa aberración que nadie acepta. Caminé por la calle Simón Bolívar donde se encuentra la Gobernación de la provincia y el pabellón de la Bandera Nacional no se había izado. Igual sucedía en la Municipalidad, Consejo Provincial, bancos, instituciones públicas y educativas, no así el SRI donde flameaban las banderas del Ecuador y Esmeraldas. Un poco inquieto por la situación me acerqué a funcionarios que trabajan en la Gobernación y que estaban a la entrada cerca de las 9 de la mañana y les señalé el error para que buscaran el correctivo, cosa igual hice en el Municipio haciéndoles notar la falta y no doy fe de si se hizo el correctivo o lo tomaron como algo sin importancia.


A veces las cosas inesperadas que nos parecen negativas resultan oportunas cuando nos hacen ver las equivocaciones; pero resulta que las autoridades principales descargarán la culpa de estos improntus a los subalternos y éstos a su vez a inferiores en el rango de ‘dinastías’; algo muy parecido a lo que sucede en el libro de Jaime Lupera y Martha Bernal titulado ‘La culpa es de la vaca’, parecido también a eso que repetimos desde la escuela “el mando un tirún tirulán”. Desgraciadamente así somos las personas que vivimos la vida a la carrera y nos olvidamos de cosas y hechos, fundamentos que no deberían darse.


Recuerdo que también reza en nuestras leyes que es prohibido exponer los símbolos patrios a la lluvia y fuerzas extrañas de la naturaleza; pero eso lo olvidan y tampoco se cumple y ustedes pueden ver cómo los símbolos patrios lucen mugrientos y deteriorados por el tiempo en algunas instituciones que no cultivan estos principios que representan nuestra nacionalidad y enaltecen el civismo.