Editoriales del camal municipal

Se ha perdido mucho tiempo con el tema de la construcción del camal municipal en Tilipulo. Se está imponiendo la razón, el buen juicio de la ciudadanía, a través de los concejales que han mantenido una posición clara al respecto, sin divagaciones ni dubitativas, respetando y acogiendo la opinión ciudadana y sin mantenerse neutros, a la expectativa, para ver qué ocurre, como sucedió, lamentablemente, con otros que parecería que cuidan intereses muy ajenos al del bienestar ciudadano, lo que se evidencia de tal manera que la opinión pública los identifica perfectamente.


Demasiado tarde las declaraciones del Alcalde en el sentido de que no se construirá el camal en los predios de la hacienda Tilipulo; este pronunciamiento podía haberse realizado hace tiempo atrás con lo que se habría también evitado muchos problemas -dimes y diretes como dice el pueblo de a pie- . Sin embargo, debemos reconocer, es importante la posición del Alcalde porque alivia las tensiones con los concejales, con quienes está en la obligación de trabajar de manera planificada y armónica en estos momentos difíciles en lo económico, social y político y la ciudadanía que ha esperado con tolerancia y paciencia la rectificación. Lo importante es que esta obra a más de cubrir una necesidad imperiosa, ayudará a que se cuide la salud de los habitantes de Latacunga.


Nos resta conocer los efectos de este pronunciamiento tardío especialmente lo relacionado al costo de la ejecución del proyecto. Que nadie proclame victoria, ni se sienta ganador de este lamentable entuerto contra Latacunga. Que se construya la obra, que la tarea fiscalizadora se cumpla sin consignas ni direccionalidades políticas partidistas o electoreras, cuando el interés de la urbe está de por medio no hay vencedores ni vencidos, la que gana es la ciudad que espera pronto contar con el camal municipal moderno, tecnológicamente equipado, personal especializado y el producto de excelencia.