Retomando el tema estudiantil

Todos, sin excepción de personas, vivimos preocupados por lo que se da actualmente en el campo educativo, situaciones que en épocas de antaño no se vivían; hoy fluyen con el mayor desplante y descaro de parte de nuestros adolescentes, aunque no en todos los casos, el irrespeto a las personas y al transitar sin brújula porque los padres perdieron el control; esa forma de comportamiento se refleja en la escuela y colegios donde, al decir de muchos profesores, han perdido el interés de educar porque no tienen garantías y son víctimas de amenazas cuando se quiere ejercer autoridad.


Para todas estas anomalías se suma un Código de la Niñez y Adolescencia que se lo hizo para que el alumno conozca sus deberes y derechos, que en el segundo caso no pueden ser violentados; pero esa medida ha contribuido a que como decimos en el argot popular “por cualquier quítame las pajas” el educador se vería enjuiciado y castigado por padres de familia que socapan los desatinos de sus hijos. En esas condiciones la potestad de corregir perdió fuerza y hoy “las palomas disparan a las escopetas”.


Con esas ataduras que bajan la autoestima, la educación y, sobre todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, ha perdido fuerza que obligatoriamente debe retomarse si queremos sacar profesionales de primer orden que demuestren que el tiempo no se ha perdido en vano y que lo malo hay que dejarlo atrás.

Si desde la arista positiva enfocamos el tema de la educación: educadores, autoridades y padres de familia, deben converger en comunidad de ideas y acciones, lo que permitirá retomar el camino que estamos perdiendo y así evitar el riesgo de que nuestra juventud se contamine de los vicios que le rodean como es el caso de las drogas, de aberraciones sexuales y con un control rápido y estricto de las autoridades y evitando el abuso en el uso de las redes sociales que muchas veces les quitan tiempo y no se dedican al estudio.


Si todos participamos en esa dinámica, dejando de lado prejuicios y practicando una independencia emocional con nuestros hijos y alumnos, estaremos desarrollando y potenciando las individualidades de los educandos y fortaleciendo su crecimiento personal.

No me gustaría ver, oír, ni leer en los medios de comunicación colectiva, que los guardianes del orden sacan cientos de estudiantes de medios de diversión donde se consume droga y se llega al cometimiento de actos sexuales. No me gustaría conocer que alumnos armados de herramientas de trabajo se agreden entre ellos tratando de quitarse la vida y llegando al extremo de portar armas al interior de los colegios.