Comunismo y nazismo

Carlos Freile

Hace pocos días falleció en Berlín uno de los más connotados historiadores alemanes de la actualidad, especialista en los regímenes totalitarios del siglo XX. Su nombre: Ernst Nolte. El gran público no lo conoce y, en nuestro medio, muchos de los profesionales de las ciencias sociales lo ignoran. Ha sido atacado y silenciado, a veces llegaron a golpearlo físicamente. ¿Por qué?
Dedicó lo mejor de sus talentos a la investigación sobre el totalitarismo en sus dos vertientes: la comunista y la nazi. Su tesis, de allí los ataques de la izquierda, mantenía la identidad entre ambas, sus raíces son comunes, al igual que sus procedimientos y sus fines. Afirmaba que uno de los grandes éxitos de la propaganda comunista fue el haber convencido a la opinión pública que comunistas y nazis se hallaban en las antípodas. Con esto no tenía ni la más mínima intención de esconder los excesos del Reich de Hitler y sus locos seguidores, como a veces ha sucedido.


Allá por 1987 publicó su obra maestra: ‘Nacionalsocialismo y bolchevismo. La guerra civil europea (1917-1945)’. Allí sostiene una teoría radicalmente innovadora: es verdad que el nacionalsocialismo nació como una reacción frente al comunismo soviético, pero no como su negación, sino como asunción de su modelo. El nazismo habría sido la imitación del comunismo.


Por eso utilizó la expresión “guerra civil” para definir el conflicto entre ambos. No se trató de la eterna lucha entre el bien y el mal, entre la luz y la sombra, como trataron de hacernos creer los comunistas, sino la pelea por la hegemonía mundial entre dos hermanos de sangre, y nunca mejor dicho. Las diferencias fueron superficiales o de mera apariencia. En el fondo eran gemelos: buscaron imponer una utopía al mundo, bajo un criterio de clase el uno, y de raza el otro; tuvieron sus respectivos líderes omnipotentes y adulados; construyeron campos de concentración y exterminio, fueron maestros de la mentira y la manipulación… Una tesis incómoda no solo para los intelectuales marxistas, sino para los socialdemócratas y para algunos liberales.


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