Paramilitares scouts

kléber Mantilla Cisneros

Los videos, que muestran la formación de supuestas bandas paramilitares en el país, acomodan un escenario de ideologización de ciertos grupos armados oficiales entrenando civiles para evitar protestas callejeras y manifestaciones. El desplome de Alianza PAIS y la ausencia de su líder máximo en las próximas elecciones configuran un ambiente incierto para el futuro de las Fuerzas Armadas. Al parecer el objetivo es desprestigiar a la institución, confundir a la opinión pública, desmerecer su rol histórico y de credibilidad; y centralizar posibles apoyos traducidos en votos.


La Fiscalía considera que no se trata de cursos para ‘boy scouts’ ni de defensa civil, sino que estos merecen una investigación técnica pues su financiamiento está en tela de duda. Asimismo, la insólita acumulación de impuestos que ahora se trasladan en recursos para capacitar civiles antimotines merece otra explicación detallada. No podría verse como un simple caso judicial pues se viola el artículo 350 de Código Penal por tratarse de ‘instrucción militar ilegal’ sino además de manipulación y distorsión del sistema de inteligencia militar. Los mecanismos de contra-resistencia que utiliza Nicolás Maduro en Venezuela clarifican la panorámica global. De ahí que varios elementos de la cúpula militar activos y pasivos en reiteradas ocasiones denuncien la intensión desde el poder político de instrumentalizar y subordinar a las FFAA bajo el yugo de la teoría de la lucha de clases y una filosofía seudo-marxista desatinada, cuyo engranaje confunde más los supuestos del socialismo del siglo XXI. Tampoco es desconocido que la justicia ordinaria anuló las resoluciones disciplinarias en el interior de los tribunales militares. Ni las fricciones por la adquisición de bienes del Estado, la redistribución de sueldos y esquemas de jubilaciones. De aquellas dictaduras militares de los años 70 pasamos a la dictadura del populismo burdo fracasado. Y si, los problemas limítrofes acabaron ahora hay un pretexto para otra guerra que sería la imposición del unipartidismo totalitario aún sin espacio ni tiempo. Por eso intelectuales, académicos y otras hierbas tenemos que escribirlo.


¡Cuidado!

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