Las drogas nos atrapan y preocupa

ATILIO RUGEL ALBÁN

“Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar”, Winston Churchill. La sociedad ecuatoriana y me preocupa la tierra se nos vio nacer, está invadida por el tráfico de sustancias estupefacientes y psicotrópicas de toda índole, que realmente nos asusta. El micro-tráfico que ha tocado las puertas de escuelas y colegios donde los abastecedores se aprovechan de la inocencia del niño y adolescente, toca fondo, porque en la Universidad los que allí concurren tienen su personalidad definida y si lo hacen es problema de ellos.


Una vez dije que ese es el riesgo de los puertos que permitan el libre tránsito de embarcaciones que traen y llevan mercadería, donde con una habilidad asombrosa logran en muchos casos evadir el control aduanero e inclusive a nuestros amaestrados canes.

Hoy las autoridades de la Marina manifiestan que existen embarcaciones que laboran en pesca con sus permisos correspondientes, pero al alejarse a alta mar reciben ofrecimientos de los “capos” por una cantidad de dinero que supera a sus faenas diarias, solo porque la hagan llegar a otro destino y que en alta mar conocemos se realiza el intercambio de la carga porque aquí se cumple: “que poderoso caballero es don dinero” y hay menor esfuerzo en este trabajo aunque el riesgo de perder la libertad es inminente. Y cuando esto sucede dejan hogares abandonados y a una familia desprotegida con sus menores de edad.


Ahora la prensa nacional nos informa que en la ciudad de Guayaquil y que esto nos abra bien los ojos, los baños de las gasolineras son cerrados para evitar robos y consumo de drogas, porque los adictos merodean estos lugares y cuando el cliente solicita el servicio de combustible y desea ir a los baños son atrapados en su interior donde los despojan de sus pertenencias y otros se dedican a consumir estas sustancias.

Esta medida de cerrar baños se sustenta en que cuando el usuario es perjudicado solicita que le devuelvan lo robado, situación ajena a los despachadores, llegando al extremo de llevarse enseres que forman parte de estos lugares de aseo. Como es natural, existe la protesta pero la Agencia y la Dirección Municipal de Justicia y Vigilancia, apoyan la decisión tomada por los dueños, con la particularidad de que faciliten las llaves cuando el usuario lo requiera. Esta situación que pone en alerta a las otras ciudades del país, sirva de ejemplo para tomar medidas en todos los centros comerciales, donde hay concurrencia masiva de público