Cáncer con metástasis

César Ullóa

La corrupción es un cáncer social que está a punto de hacer metástasis en Ecuador. Su tratamiento depende de una cirugía mayor por parte del Presidente, pero eso no significa únicamente buena voluntad, sino un conjunto de acciones que reclaman varios sectores de la sociedad desde los últimos años, debido a varios factores: a) el flaco favor que le hace a la democracia la falta de independencia de las funciones del Estado, b) el nombramiento de las principales autoridades de control y de la justicia porque eran afines al Gobierno, c) la regulación, control y vigilancia de la participación ciudadana y d) la inmovilidad de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea durante estos 10 años, porque ha sido controlada por el oficialismo bajo la justificación de haber ganado las elecciones.

Varios militantes, afiliados, simpatizantes en diversos grados y funcionarios del Gobierno tratan de minimizar las denuncias de corrupción, como si los ecuatorianos fuésemos ‘pendejos’ y no nos diéramos cuenta de lo que sucede. Han confundido, por ejemplo, un acto de fiscalización con otro de farra, como si el espectáculo pudiera sobrepasar la indignación ciudadana. Estas prácticas confirman la idea de lo peligroso que puede resultar que un grupo de expertos en propaganda administren el Estado, quienes han confundido la cosa pública con la construcción de una marca donde reducen a las personas a meros productos.

Es necesario que Moreno se desmarque de los vicios del anterior Gobierno, pues de nada le ha servido al país el clima de polarización, la arbitrariedad en el manejo desproporcionado del poder, la discrecionalidad en el uso de los medios de comunicación públicos, gubernamentales e incautados. El diálogo nacional es importante, pero trascendería más que los discursos vayan de la mano con acciones contundentes. El Presidente tiene en sus manos una oportunidad histórica de zanjar de un tajo la corrupción y no solamente poner unos curitas. No esperemos, señor Lenín Moreno, que este cáncer social haga metástasis y que sea muy tarde para recoger los pedazos de esperanza.